Así se llama la fundación de la que soy madrina, desde hace poco menos de tres meses y que ha traído a mi vida una vez más la posibilidad de reivindicar mi formación franciscana, hija de la Divina Pastora, como me inculcaron en mi colegio y lo que ha sido una filosofía de vida: ayudar a la gente, no sólo desde el derecho y la búsqueda de justicia, sino a través de obras sociales que más allá de ayudar gente, terminan ayudándolo a uno para darse cuenta que tiene todo en la vida y aún así es inconforme.
UNA VISITA DE ESPERANZA
Esta semana visitamos nuevamente la unidad de cuidados oncológicos, del JM de los Ríos donde vimos a niños y adolescentes con cáncer, recibiendo quimioterapia, y algunos de ellos con cuadros médicos poco esperanzadores para la ciencia médica, pero seguramente no para Dios. La mayoría de estos niños sólo son atendidos por sus madres, los padres o no existen, o simplemente son irresponsables. Estas madres no pueden tener trabajos fijos porque obviamente deben encargarse de acompañar a sus hijos a las consultas y a la quimioterapia, por ende no hay ingresos lo que perjudica ya el cuadro familiar y emocional en el que se encuentran. Aunado a lo anterior la mayoría de ellas vienen del interior del país y su rutina consiste en dormir donde la noche les agarre para al día siguiente volver a la aplicación de la quimio y ese mismo día llevarse al niño en autobús donde pasa los efectos de la quimio en el largo trayecto a casa, con frío, hambre, y muchas veces dolor por no saber hasta cuando sentirá aunque sea dolor. La fe jamás nos debe abandonar, pero uno a veces cuestiona a Dios preguntándole porqué suceden esas cosas y más aún a gente tan débil que no tiene ni como enfrentar esto económicamente.
RESPONSABILIDADES GUBERNAMENTALES
¿Cómo hacemos que la gente despierte y reaccione para involucrarse con los más necesitados? Más allá del espíritu cristiano es algo humano que nos debería unir para dar más de nosotros a quienes más lo necesitan. Obviamente no puedo saltar la parte gubernamental, somos un país rico de gente pobre. Cada corrupto debería ser condenado de por vida a trabajar por el bienestar de niños como estos. Cada sujeto que tome un Bolívar para su propio beneficio está quitándole vida a uno de estos niños. Deben desarrollarse planes reales de alcance social que permitan a estas madres pasar menos trabajo y llevar su cruz con menos peso. No se trata solo de dinero, sino buscar la forma de desarollar políticas públicas reales que lleguen a un destinatario directo: los afectados, porque muchas veces los necesitados no se benefician, sino los vivos que están en el camino. No se trata solo de juguetes y visitas con animadores o artistas, eso no es el fondo. El fondo es que desarrollemos desde la sociedad civil una verdadera incidencia en los entes gubernamentales, para que se responda al derecho a la salud, al derecho a la familia, al derecho al trato digno y humano y todos aquellos Derechos Humanos consagrados en la Constitución y en Pactos y Convenios Internacionales que no se están respetando, porque hasta conseguir un cupo para la quimioterapia se convierte en un proceso burocrático y doloroso. La Asociación de madres y padres de los niños con cáncer que opera desde el JM de los Ríos hace milagros apoyándose además en la buena voluntad de asociaciones civiles. Hasta cubren los pasajes de muchas madres en sus traslados al Hospital. Me pregunto por ejemplo si será muy difícil que se asuma el costo de esos pasajes por parte de un ente gubernamental a través de un subsidio público, no es difícil, no es costoso, es simplemente proponerse cosas concretas con voluntad política y disposición cristiana.
CUMPLIR CON LA CONSTITUCIÓN
Son muchos los necesitados de muchas cosas, pero no hay excusa cuando los derechos son lo que están en juego. No se trata de priorizar, sino de cumplir con lo que constitucional y legalmente está establecido. No basta que el cáncer, o cualquier otra enfermedad, toque nuestras puertas. En Manos de Esperanza somos pocos, pero muy organizados. Se han incorporado empresarios, artistas, estudiantes universitarios, medios de comunicación, desde mayo hasta ahora se ha avanzado en voluntad y acciones concretas, queda mucho por hacer, pero estoy convencida que lo haremos. Nos haremos sentir a todos los niveles, no hay duda de ello, pero necesitamos más voluntad, más apoyo. Cada uno de los que me lee estoy segura tiene algo para dar desde lo económico, desde lo humano, desde lo emocional, sólo falta un empujón para hacerlo, un llamado interno que nos permita reaccionar. La sociedad civil no puede, ni debe, asumir las responsabilidades de entes públicos, particularmente los nacionales y estadales, pero sí nos corresponde exigir se cumplan las atribuciones y competencias. No se puede confundir lo obligatorio con lo voluntario. Los gobiernos tienen la obligación, en la sociedad civil tenemos la opción de hacerlo por caridad y humanidad, pero no por responsabilidad legal. Lo realmente trascendente sería fortalecer los lazos entre los obligados y los voluntarios de tal manera de lograr objetivos concretos en pro de los derechos de todos.
LA MEJOR NAVIDAD
Luego de estar en el hospital no me atrevo a pedir ningún deseo particular para el 2014, siento que tengo todo y que me toca pedir que todo aquello que me pueda ser concedido sea para estos niños y sus madres que tanto lo necesitan. Hay que pedir perdón por dedicar tiempo a causas inútiles; llorar por cosas que no merecen la pena; molestarse por tonterías y quejarse por cualquier nimiedad. Gracias Maria, Elizabeth, Sergio, Iruani y todos aquellos que han llevado esperanza a tantas vidas porque una sonrisa, un abrazo, una visita, un gesto, es sencillamente un regalo de la vida de esos niños para cada uno de nosotros. La mejor Navidad se tiene cuando permites que el dolor se transforme en alegría y en ESPERANZA. Ellos tienen esperanza, sería pecado que nosotros no la tuviéramos.
Mónica Fernández | @monifernandez