Las autoridades venezolanas han logrado retirar las armas en poder de los reclusos del 85 % de las cárceles del país, informó hoy la ministra de Servicios Penitenciarios del país, Iris Varela.
«Tenemos régimen (de control estatal efectivo) en todos los recintos de mujeres, en las entidades de adolescentes (…), así como en 19 cárceles masculinas», detalló Varela en un programa de la emisora estatal Venezolana de Televisión.
El sistema penitenciario venezolano ha sido perforado por «mafias carcelarias» dirigidas por reclusos que someten a los demás reos y controlan el ingreso y la tenencia de armas y estupefacientes, con admitidas complicidades de diferentes autoridades, lo que ha ido disminuyendo progresivamente, sostuvo Varela.
Además de aprovechar cualquier motín para desalojar íntegramente las prisiones y revisarlas de manera minuciosa, y en varios casos reconstruirlas en su totalidad, Varela ha impulsado un programa con autoridades judiciales para acelerar las excarcelaciones.
También se encuentran en construcción varios penales nuevos, lo que se hace con carácter de urgencia en cumplimiento de la declaración de emergencia carcelaria decretada por el Gobierno el 18 de octubre de 2011 y renovada el 18 de enero pasado.
El Gobierno, reveló la ministra, construye en la actualidad ocho prisiones para presos a la espera de una sentencia en firme, de un total programado de 24 penitenciarías, una en cada estado del país.
«Las personas no deben durar más de dos años en dichos centros; si no es así, entonces entraría en retardo procesal», dijo y explicó que el déficit judicial ha ido disminuyendo y ya hay «centros donde hay cero retardo procesal, sobre todo estas cárceles con el nuevo régimen» de control estatal efectivo.
El régimen establece una rutina «que se cumple desde temprano con el pase de revista en las celdas, donde los internos deben presentar sus camas bien tendidas, orden cerrado, así como la dotación de uniformes, lencería y ‘kit’ de aseo personal», detalló.
Aseguró que ha prohibido las incomunicaciones y que «cuando alguien comete un ilícito va a un lugar de castigo, pero nunca queda aislado ni incomunicado, porque le acercamos un teléfono para que tenga comunicación con sus familiares hasta que pueda volver a tener su régimen de visitas», apuntó.
La ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) ofreció en agosto pasado el informe de los primeros seis meses del año, el cual reportó que 289 reos perdieron la vida en ese período en la treintena de cárceles del país, con capacidad total para apenas 16.539 personas, pero que albergan a cerca de 53.000.
El OVP sostiene que durante 2012 murieron 591 reos y otros 1.132 resultaron heridos, un aumento que cifró en 5,53 % con respecto a 2011 en la cifra de víctimas mortales. EFE