Simón Bolívar fue un genio por sus ideas independentistas que lo llevaron a realizar unas de las mayores empresas emprendidas en la historia como la independencia de Venezuela y la participación en la liberación de otros países del Sur, conjuntamente con figuras de la talla de él, como José Francisco de San Martín.
Asimismo, por su talento para ver más allá de tu tiempo y por ser ejemplo para el mundo debido a su valentía, fuerza, inteligencia e intelectualidad, Bolívar es un referente para quienes luchan por un mundo más justo.
A lo anterior se suma que Bolívar tuvo una vida amorosa agitada, muchas mujeres pasaron por sus brazos, aunque sobre todas ellas renace la figura de la quiteña Manuelita Sanz, quien aparte de ser su eterna enamorada, colaboró en la gesta emancipadora y protegió al Libertador de la muerte aquella noche del 25 septiembre de 1828, en que sus enemigos le habían preparado una emboscada y ella lo ayuda a escapar por la ventana del Palacio de San Carlos, lugar donde se encontraban los dos para el momento del atentado.
1. Biografía de Bolívar
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte-Andrade y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar, nació en 1883, en Caracas, territorio perteneciente a la Capitanía General de la República, en una casa que, actualmente, está ubicada en la Plaza San Jacinto. Hijo de una acaudalada familia de origen vasco, supo renunciar a sus riquezas para llevar a cabo una de las acciones libertarias más grandes que históricamente se han hecho.
En 1813 el cabildo de Mérida le concedió el título honorífico de Libertador, y en una carta dirigida al general Francisco de Paula en 1825 se autocalificó como “el hombre de las dificultades”.
Uno de los grandes logros de Simón Bolívar fue la fundación de la Gran Colombia para consolidar una fuerte confederación política y militar en América. Esta acción fue saboteada por las ansías de poder, las envidias y resquemores de algunos, entre ellos, José Antonio Páez.
En mayo de 1802, a la edad de 19 años, Simón Bolívar contrae matrimonio con María Teresa del Toro, dos años mayor que ella, pero, al poco tiempo, ella enferma, en aquel tiempo de las llamadas “fiebres malignas”, hoy conocidas como paludismo o fiebre amarilla, y muere en enero de 1803. A partir de ahí se dedica a viajar por Europa, en compañía de Simón Rodríguez y a leer a clásicos, como Homero y Plutarco; modernos como Rasseau y Montesquieu, y hasta El Quijote, que se convierten en el germen de sus ideas emancipadoras.
En 1807 Bolívar, regresa a Caracas convencido de la necesidad de una independencia para América debido al contexto político que observó afuera, en concreto, que España estaba bajo el dominio de Napoleón una vez que él se proclama cónsul de la Primera República Francesa 1799; en 1804 se corona emperador y 1808 Bonaparte corona a su hermano José como rey de España.
Todo lo anterior debido a que Napoleón, por razones bélicas, ansiaba tener el control tanto del acceso al Mediterráneo como del vasto imperio colonial que España para ese momento ostentaba.
Por lo anterior, viendo el ambiente político favorable, sin éxito alguno, el Libertador trata de convencer a sus parientes y amigos, ya que las noticias que llegaban de Europa a Caracas eran muy pobres o distorsionadas. Sólo su hermano, Juan Vicente, concuerda con él en cuanto a esa imperante necesidad de independencia para los pueblos de América.
2. Amores del Libertador
Su primer amor, María Ignacia Rodríguez, apodada como “la güera Rodríguez “, lo tuvo a los dieciséis años, en 1799, cuando arriba al Puerto de Veracruz, y esa relación duró poco.
Luego conoció a María Teresa de Toro y Laysa con la que contrajo matrimonio en Madrid el 26 de mayo de 1802. El carácter y la educación de esta mujer, más que su belleza, cautivaron a Simón Bolívar. Este vínculo amoroso fue corto debido a que María Teresa enferma de fiebre amarilla y muere en enero de 1803.
Otras féminas que pasan por la vida de Bolívar son Marina, amiga de Alejandro Manzoni, y Fanny Villars, casada con Dervieux de Villars, de cabellos rubios oscuros, un poco gruesa, fina, refinada, superficial, elegante y ocho años mayor que Bolívar, quien se convierte en su consuelo para sobrellevar la viudez. Bolívar la llama Teresa.
A las dos anteriores le sigue María Josefa Machado, morena, de cabellos oscuros y estatura regular, una de las doce doncellas que lo coronó en la iglesia de San Francisco en 1813 cuando llega triunfante luego la Campaña Admirable. La relación duró hasta 1820.
Julia Corbier, Isabel Soublette y Bernandina Ibáñez son otros nombres femeninos que suenan cuando se habla de la vida amorosa del Libertador. Faltan otros en la larga lista de los amores de Simón Bolívar.
3. El amor hecho poesía: Manuela Sáenz
El 1 de diciembre de 1827 cuando sale a Bogotá, ciudad en la que enfrentó a sus mayores enemigos, entre ellos, Francisco de Paula Santander y José María de Córdova, Bolívar conoce a Manuela Sáenz, de ojos y cabellos negros, cuando ésta tendría veintisiete años.
Aparte de la relación apasionada que tuvo con Bolívar, la cual queda documentada en una ardiente correspondencia, Manuela lo salvó de dos intentos de asesinatos, como el de la Fiesta de las Máscaras, en el teatro El Coliseo, el primero; y en el Palacio de San Carlos, ya mencionado.
Manuela fue mucho más que la amante de Simón Bolívar. Participó en 1822 en la batalla de Pichincha, con la cual se le da la libertad a Ecuador. Ella estuvo también bajo el mando del Mariscal Antonio José de Sucre en la batalla de Ayacucho en 1824.
Bolívar, un héroe de carne y hueso:
- Sin duda alguna, Bolívar, un hombre lleno de talentos y cualidades, fue blanco de la debilidad por las mujeres, lo que lo alejaba de lo divino y lo acercaba a lo humano.
- Fueron muchos los nombres femeninos que se vincularon a la vida sentimental del Libertador, pero dos de ellos destacan en esa larga lista: María Teresa y Manuela.
Isabel Rivero de Armas