Delcy Tascón
En estos tiempos en que los Snowden y los Assange se llevan titulares periodísticos por sus hazañas de hurgar en los archivos ajenos y descubrir las patrañas de los gobiernos, Delcy Rodríguez, ministra de Comunicación, buena alumna de Izarra, no pudo quedarse atrás y ha realizado un trabajo policial digno del Premio Nacional de Periodismo farandulero. Ella no ofrece noticias de los despachos oficiales, no envía notas a la prensa sobre asuntos que pudieran cambiar la imagen de sus amos. Ni siquiera escribe para saber en qué estilo maneja el idioma castellano, y si posee alguna virtud de comunicadora, como la brillantez que en otros tiempos tuviera el ministro Simón Alberto Consalvi, para nombrar a alguien cuyo papel fue siempre el de publicar libros de autores venezolanos y revistas tan memorables como Imagen, en cuyas páginas colaboró siempre la gente de izquierda que no es la misma que lame hoy los egos de los gobernantes y aporrea a los de la acera de enfrente.
La señora Delcy ha realizado un trabajo descomunal de investigación, metiendo sus narices en las agencias de viajes o bien en las listas de pasajeros que salieron del país a diferentes destinos, como lo han hecho miles de venezolanos, chavistas o no, porque han trabajado todo el año, se han ganado sus dineros y como se puede apreciar en el grupo acusado, la mayoría son miembros de la oposición, algún periodista y desde luego Lorenzo Mendoza, que bien puede irse a donde le dé su real gana .
Yo no figuro en esa lista, pero estoy en Miami muy feliz junto a mi familia, y conmigo miles de personas pertenecientes a diversos estratos sociales y a distintos partidos políticos que tenemos el derecho a dejar de ver por unas semanas a tanto rojo de rabia, como es esta periodista que le hace competencia a Chepa Candela y se pregunta «Dónde estará vacacionando la trilogía del mal y la dirigencia opositora? Ella misma se contesta: «De seguro no es en Venezuela!». Vaya ministra de Comunicación que tiene este Gobierno y de la cual ha de sentirse muy orgulloso el propio Maduro, experto en esconder los trapos sucios de los suyos, porque aún estamos esperando la publicación de una lista que prometió con los nombres de quienes hoy pasan vacaciones en Dubai, China o Corea del Norte, después de haberse llenado los bolsillos con dólares de Cadivi.
Destino Delcy
A Delcy la pueden mandar de vacaciones a cualquiera de nuestros barrios para que realice un trabajo de investigación sobre los más de 569 muertos que han caído bajo la violencia desatada solo en el mes de diciembre. Pueden igualmente pautarle un trabajo serio de la lista de traficantes que asolan la frontera y se han instalado en numerosos estados del país. Propongo que forme un buen equipo de reporteros para que indague en la Maternidad Concepción Palacios la razón por la cual encabezamos la lista de partos en adolescentes latinoamericanas. Sugiero que elabore, junto al Presidente, la lista de corruptos que se han llevado los dineros de alcaldías, gobernaciones y hospitales, sin que hasta ahora se les haya juzgado. Aconsejo que realice un estudio del por qué cada día asesinan a directores del Sebin y miembros de la Guardia Nacional Bolivariana.
Es más, bien podría dedicarse a divulgar el trabajo de nuestros músicos, poetas, escritores, cineastas, gente que trabaja para el país, eso sí, sin tener en cuenta su condición política. Hay suficiente tema cultural del cual hablar, pero no creo que a ella le interese un poeta, digamos como Rafael Cadenas, ni un escritor como Federico Vegas, ni un guitarrista como Alirio Díaz, tampoco un genio como Alexis Cárdenas. ¿Le interesará saber por dónde anda Cruz Diez, en qué teatro famoso va a dirigir hoy Dudamel o va tocar Saúl Vera?
A ella lo que le gusta es el chisme y le encantaría averiguar en qué lugar María Corina Machado pasó con sus hijos la noche vieja, qué champaña bebió Lorenzo Mendoza y con quién disfrutó la navidad J.J. Rendón, para montarles una olla.
Feliz 2014. Lo bravo, apenas comienza.
Mariahé Pabón (Leer Columna completa publicada en el diario Notitarde)