Animales acostumbrados a la socialización de su hogar y que luego son abandonados o echados a calle por sus dueños, o bien son separados antes de tiempo de su mamá, conviven en espacios muy pequeños o no tienen la recreación debida son mascotas que tienden a padecer trastornos psicológicos de consideración que pueden inducirlos a la muerte.
Un artículo publicado en el portal Fullmascotas.com reseña declaraciones de la presidenta de la fundación Provida, Judith Hernández, quien recalca que el abandono de mascotas que ya estaban acostumbras a un hogar les puede generar pánico, miedo, ansiedad, estrés y hasta depresión.
Señala que en la mayoría de los casos en los que se generan estas consecuencias se da más que todo en los perros que tienden a ser humanizados por las familias, los consienten demasiado o los ven como el niño pequeño de la casa.
Entre uno de los casos de abandono que ha venido manejando Provida, Hernández mencionó el de un perro que fue dejado por su familia y al ser encontrado por la institución estaba muy deprimido, «ni con tratamientos florales u homeopatía lográbamos que ese perro volviera a vivir; él prefería morirse antes que vivir aquí, no había forma de hacerlo comer o tomar agua. Al tiempo fue adoptado por una persona quien le brindaba su cariño y fue así como poco a poco fue saliendo de su depresión.
Otra situación que a la larga afecta a las mascotas psicológicamente es la pronta separación de su mamá, antes de las siete semanas reglamentarias en las cuales deberían estar juntos.
Hernández explica que los perros que no tienen a su mamá en esa época tienden a morder todo lo que esté a su alrededor y la gente lo justifica por estar pequeños, pero eso ocurre incluso cuando están grandes debido a que «tienen serios problemas de comportamiento» a causa de que les hace falta un líder.
Por su parte, el fundador de la Brigada de Adiestramiento Canino, Pablo Muller, agrega que algunos factores que perjudican el comportamiento psicológico de las mascotas se encuentran la falta de recreación diaria, paseos y estar en espacios muy pequeños.
Señala que en esos casos es importante socializar al perro nuevamente para que pueda confiar en los seres humanos y en otros animales.