Impactados, indignados y tristes; se nos hace imposible no referirnos al tema de la inseguridad y la violencia, luego de los crímenes que hemos conocido en los últimos días.
Se ha pedido no politizar el tema, pero es imposible e injusto no hacerlo, cuando ha sido el propio gobierno quien directa o indirectamente, ha usado la violencia, como una herramienta de control político y social.
Recordaba el año 2001, cuando las fuerzas vivas del estado Miranda, encabezadas por el gobernador Enrique Mendoza y los diputados de Petare Julio Borges y Carlos Ocariz, marchamos a la Asamblea Nacional para alertar sobre la inconveniencia de aprobar el Código Orgánico Procesal Penal (COPP), instrumento jurídico que aunque moderno y actual, flexibilizaba de tal manera el proceso sancionatorio contra la comisión de delitos, que terminaba generando impunidad.
De aquella marcha han pasado doce de los quince años que tiene el actual gobierno. Ni el control absoluto sobre la Asamblea Nacional, Ministerio Público, Poder Judicial, entre otros poderes, ni el tener una habilitante permanente los animó a corregir el Copp.
Por el contrario, es harto conocido, la poca o nula voluntad política que ha habido en estos años de “socialismo” para atender el problema de la inseguridad. Sin ir más lejos, todos hemos visto como en estos años se le ha rendido culto a la violencia, no solo en palabras de los dos presidentes, ministros, altos funcionarios y diputados de la Asamblea Nacional, sino además en fotografías, al posar desafiantes con armas largas y jactarse de la compra de armamento pesado, como si eso fuera una prioridad, en un país que urge y clama la paz. En estos días hemos visto en los medios de comunicación, titulares como: “Banda los sanguinarios del cambur asesinaron a la actriz”, “el vehículo se accidentó en el pasillo de la muerte, donde son frecuentes los homicidios en la autopista”.
Por qué el Ministerio Público, la policía científica, la policía regional o municipal, no habían tomado acciones si tenían conocimiento de la existencia de estas bandas? Donde está el poder del Estado?. Donde queda el imperio de la Ley?. Por qué no reacciona un gobierno que se jacta de ser fuerte al tener tanques, aviones, milicias, policías, y el poder sancionatorio de la nación?
En 1998, la mayoría del electorado le dio la confianza al actual gobierno, con la esperanza que habría mano legal, pero dura, contra la delincuencia, la corrupción y la impunidad. Nada de ello ha ocurrido.
Señor Maduro, es el hampa, la impunidad y no la oposición, quien a diario desafía y desnuda a su gobierno.
El problema va más allá de un monólogo mediático en Miraflores, como dijo el padre de la actriz asesinada, “Nuestro país tiene que cambiar”. Así sea.
Juan Carlos Vidal
@Juancavidal *Abogado/Concejal de Petare