«Pedimos que no se aplaste con el hierro punitivo a los sectores más débiles de la cadena del narcotráfico, que son los campesinos y los consumidores», dijeron voceros de la guerrilla en un comunicado el lunes
El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC reanudaron el lunes las negociaciones de paz en Cuba enfocados en el narcotráfico -uno de los cinco puntos de una agenda que busca poner fin a casi medio siglo del conflicto armado- en medio de una campaña electoral en Colombia.
En los diálogos iniciados hace más de un año en La Habana, el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, quien se postula este año a la reelección, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) llegaron a acuerdos parciales para dar acceso a los campesinos pobres a la tierra y garantías a la participación política del grupo rebelde.
«Pedimos que no se aplaste con el hierro punitivo a los sectores más débiles de la cadena del narcotráfico, que son los campesinos y los consumidores», dijeron las FARC en un comunicado el lunes, reseñado por la agencia Reuters.
«La sustitución de cultivos debe ser concertada con los campesinos y bajo ninguna circunstancia se erradicarán sin que antes se echen a andar planes alternativos», sostuvo el jefe del equipo negociador de las FARC, Iván Márquez, quien leyó la declaración.
Después de más de un año en la mesa de negociaciones -las primeras en una década-, las FARC y el Gobierno esperan avanzar en el asunto del narcotráfico para terminar con una guerra interna que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
El Gobierno acusa a las FARC, una organización considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, de financiarse con el dinero sucio de la droga, pero la guerrilla izquierdista sostiene que costea sus operaciones con aportes voluntarios y otros obligatorios.
El grupo rebelde ha criticado a Santos por la estrategia antidrogas que impulsa y describió como un «fracaso» sus prácticas de erradicación forzada y fumigaciones aéreas de los cultivos ilícitos.
Santos, un político de centro, tiene como una de sus banderas políticas el lograr un acuerdo de paz con la guerrilla más antigua del hemisferio, mientras mantiene una ofensiva militar.
Los colombianos acudirán a las urnas en marzo para elegir un nuevo congreso y de nuevo en mayo para las presidenciales. El principal oponente de Santos en las urnas, el derechista Oscar Iván Zuluaga, ha manifestado que va a poner fin a las conversaciones de paz y derrocar militarmente a las FARC.
La delegación del Gobierno que encabeza el ex vicepresidente Humberto De La Calle no ofreció declaraciones a la prensa. Los díalogos de paz tomaron un receso en La Habana el pasado 20 de diciembre por las festividades de Navidad y Año Nuevo.
Agencias