Estar tirado en medio de la carretera no suele inspirar un momento eureka. Pero a Anirudha Surabhi, haber sufrido un accidente de bicicleta potencialmente grave le hizo pensar en un nuevo diseño de cascos.
«Iba en mi bicicleta por una colina llevando un casco cuando un hombre abrió la puerta del auto», cuenta Surabhi, que nació en India y ahora vive en Londres.
«La puerta me golpeó, di un par de volteretas y caí sobre mi cabeza. Mi casco se rompió y quedó destrozado».
Por suerte, sólo sufrió una conmoción cerebral leve.
La visión del estado en el que quedó su casco hizo que el entonces estudiante de diseño pensara en nuevas formas de proteger a los ciclistas.
Su solución fue sustituir el diseño de poliestireno con papel, una decisión que ya está demostrando ser un éxito entre los amantes de las bicicletas.
Pero ¿cómo puede ser el papel más seguro? ¿Y qué otra cosa puede ofrecer además de proteger la cabeza de los ciclistas?
«El peligro de caerte de la bicicleta es que somete la cabeza a un cambio drástico de la velocidad en tan sólo una fracción de segundo», dice Jolyon Carroll, investigador de seguridad del Laboratorio de Investigación del Transporte del Reino Unido.
Golpe seco
El casco tiene un diseño que simula al nido de abeja.
«Cuando el cráneo golpea la acera se detiene o desacelerará rápidamente. Sin embargo, al ser un órgano relativamente blando, el cerebro tiende a seguir moviéndose», le dijo Carroll a la BBC.
«Esto es lo hace que la persona pueda sufrir una lesión, desde vasos sanguíneos rotos hasta daños en el tejido cerebral».
La idea básica detrás de los cascos para ciclistas es la de crear una mini zona deformable, un poco lo que encontraríamos en un auto, que absorbe parte de la energía y da al cráneo y al cerebro más tiempo para reducir la velocidad antes de parar.
Esos pocos milisegundos adicionales pueden reducir la cantidad de compresión en el cerebro, y, potencialmente, marcar la diferencia entre sufrir daños cerebrales o una leve de la conmoción.
La mayoría de los cascos que se utilizan en la actualidad son de poliestireno.
Pero Anirudha Surabhi decidió mirar hacia el mundo natural para inspirarse. «El animal que llamó su atención fue el pájaro carpintero. El ave, picotea unas diez veces por segundo y cada vez que picotea experimenta la misma cantidad de fuerza que nosotros al estrellarnos a 80 kilómetros por hora», dice Surabhi .
«Es la única ave en el mundo que tiene el cráneo y el pico completamente desarticulados y tiene un cartílago suave ondulado en el medio que absorbe todo el impacto y le evita tener dolor de cabeza».
El potencial del papel
Con el fin de imitar la zona de deformación del pájaro carpintero, Anirudha recurrió a una fuente barata y fácilmente accesible: el papel.
Diseñó una doble capa con forma de celdillas de panal de abeja que luego podría ser cortada y convertida en casco. «Al final obtenemos diminutas bolsas de aire a lo largo del casco», explica.
«Así que cuando una persona sufre un accidente, estas bolsas de aire absorben la energía impidiendo que el casco se agriete».
El diseño de papel ha sido probado según los estándares europeos y Surabhi asegura que, en comparación con un casco de poliestireno estándar, los resultados son impresionantes.
«Si un ciclista se estrella a una velocidad de 24 kilómetros por hora con un casco normal, la cabeza será sometida a una fuerza de impacto de 220G (220 veces la fuerza de gravedad), mientras que el nuevo diseño absorbe más del impacto y significa que experimenta una fuerza de 70G en su lugar», explica.
Para poner esto en contexto, las normas de seguridad internacionales reconocen que para evitar el daño cerebral grave una persona no debe ser expuesta a una fuerza de impacto por encima de 300G.
Esto significa que mientras un casco de poliestireno ayuda a evitar traumatismo craneal mortal o grave, el casco de papel da a la cabeza más tiempo para reducir la velocidad de impacto y potencialmente reducir incluso el riesgo de hasta lesiones menos graves como la conmoción cerebral.
¿Algo obvio?
El casco de papel de Anirudha se une a una creciente gama de alternativas innovadoras al modelo de poliestireno.
Por supuesto, el debate aún continúa sobre si los cascos realmente ayudan a proteger a los ciclistas, con argumentos que van desde la falta de efectividad al hecho de que llevar casco alienta a los ciclistas a tomar más riesgos y a los conductores a ser menos cautelosos.
Pero una revisión independiente del Laboratorio de Investigación del Transporte de Reino Unido hecha en 2009 encontró que, suponiendo que se usan correctamente, los cascos para ciclistas deberían ser eficaces para reducir el riesgo de lesiones en la cabeza.
Pero, ¿aceptarán los ciclistas utilizar cascos de papel?
«Creo que el público lo aceptará porque si se piensa en ello, los especialistas de cine han estado saltando sobre cajas de cartón desde hace décadas, que están hechas de papel», dice Anirudha Surabhi.
«Ellos se juegan la vida saltando desde edificios de cinco pisos, sólo porque saben que el papel realmente funciona».
BBC