Las exportaciones venezolanas a Colombia cayeron un 12 % durante 2013, mientras que las importaciones descendieron un 9 %, afectadas por la incertidumbre en Venezuela sobre las reglas cambiarias y una devaluación del bolívar, según la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol).
El presidente ejecutivo de Cavecol, Luis Alberto Russián, dijo hoy a Efe que Venezuela mantuvo una balanza comercial deficitaria con Colombia al haber exportado 415 millones de dólares a su vecino el año pasado e importado por 2.244 millones.
El principal producto de exportación de Venezuela fue la urea, utilizando en la elaboración de fertilizante en la agricultura, seguido por productos de origen petroquímico y por envíos de biodiesel, señaló Russián.
En tanto, las importaciones desde Colombia se concentraron en alimentos como carne bobina y leche, junto con medicamentos y materiales para la construcción como hierro y acero.
Al ser consultado sobre los motivos de la baja en los volúmenes comerciales, Russián señaló que «ha habido varias cosas, entre ellas el ajuste cambiario de febrero» de 2013, en alusión a la devaluación del 31,7 % aprobada entonces por el Gobierno venezolano.
El ejecutivo señaló que la devaluación encareció las importaciones desde Colombia y sostuvo que las modificaciones en el régimen de asignación de divisas bajo el control estatal de cambios, que incluyeron la eliminación de un sistema conocido como Sitme y la implementación de un mecanismo alternativo, también impactaron el comercio.
«Los empresarios están tratando de adecuarse a las reglas, esperando que haya más disponibilidad de divisas», sostuvo.
En Venezuela rige desde 2003 un estricto control estatal de cambio que impide la libre compraventa de divisas, administradas de manera exclusiva por el Estado, que las vende de manera condicionada, en montos limitados y tras engorrosos trámites.
El Gobierno ha dicho que hará una «revisión profunda» del sistema, lo que ha generado incertidumbre entre los empresarios.
Russián definió el 2014 como un «año de retos» para los empresarios de ambos países, que desde el lado venezolano se encuentran a la espera de los anuncios del Gobierno en materia económica y cambiaria. «Es un año de retos. Nuestros afiliados están expectantes para ver cómo se adecúan a las nuevas reglas», dijo Russian sin animarse a hacer una estimación sobre el volumen que podría alcanzar el comercio bilateral este año.
Entre los desafíos que enfrentarán los exportadores venezolanos se encuentran el disponer de insumos, lidiar con la logística de los puertos y con la paridad cambiaria oficial, que según afirma Russián resta competitividad a las exportaciones del país.
Esta incertidumbre, que afecta también a los empresarios importadores, mantiene congelados los planes de expansión o de inversión de las empresas, indicó Russián. «Los agentes económicos requieren de reglas claras, de que haya previsibilidad, mientras se hacen los cambios hay que esperar», dijo. EFE