«Nadie les está obligando a cambiar su manera de pensar, pero que luchen por sus ideales sin armas, sin violencia, sino utilizando las vías democráticas», declaró el mandatario al diario español El País
El presidente colombiano Juan Manuel Santos declaró este domingo al diario español El País que imagina a representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «sentados en el Congreso» de su país.
«De eso se trata el proceso, que dejen las armas y sigan con sus ideales», explica en una entrevista, antes de una visita a Madrid a comienzos de la semana.
«Nadie les está obligando a cambiar su manera de pensar, pero que luchen por sus ideales sin armas, sin violencia, sino utilizando las vías democráticas», añade.
Candidato a la reelección en las elecciones presidenciales de mayo próximo, precedidas por las legislativas en marzo, el mandatario colombiano, un dirigente de centro-derecha en el poder desde 2010, dijo que no consideraba posible llegar a un acuerdo de paz con las FARC antes de esa fecha.
«Todos los temas son complejos y la dinámica misma del proceso nos lleva a concluir que sería irreal decir que vamos a terminar todos los temas antes de las elecciones», explica.
«A lo que sí aspiro es a que avancemos, que por lo menos cerremos uno o dos temas más», agrega.
Las negociaciones entre representantes del gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se llevan a cabo en Cuba, sin que haya un alto el fuego bilateral, una opción descartada por el presidente colombiano antes de que se obtenga un acuerdo final.
FARC aboga por los
DD HH de campesinos
La guerrilla comunista de las FARC dijo este domingo que en la aplicación de un programa de sustitución de los usos ilícitos de la coca, marihuana y amapola en Colombia, deben tener «prevalencia» los derechos humanos de los campesinos.
«En la política de sustitución de los usos ilícitos de los cultivos, prevalecerá un enfoque de derechos humanos integrales, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales sobre políticas de interdicción o prohibición, de persecución, estigmatización y criminalización», dijo a la prensa el delegado de las FARC, Marco Antonio Calarcá, antes de ingresar a las pláticas con la delegación del Gobierno de Juan Manuel Santos.
Añadió que «el enfoque de derechos humanos será diferenciado y con perspectiva de género. Especial atención tendrán las mujeres y los jóvenes cultivadores de coca, amapola y marihuana».
Para la solución del problema de las drogas, las FARC proponen el diseño de un programa nacional de sustitución de esos cultivos que tenga como premisa que las causas fundamentales de esos cultivos son de carácter socioeconómico y radican en la pobreza y miseria, en los expropiados y desplazados.
Por lo tanto, ese programa «se comprenderá como un capítulo especial del proceso de reforma rural y agraria integral, socioambiental, democrática y participativa», dijo Calarcá.
También pidió el reconocimiento legal respeto «de los territorios de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes».
El programa debe «proveer (a los campesinos de) las condiciones estructurales para trabajo e ingreso dignos, acompañadas de las dotaciones de infraestructura física, en vías y comunicaciones, sociales, culturales, ambientales, políticas e institucionales».
La delegación oficial, encabezada por el ex vicepresidente Humberto de la Calle, no hizo declaraciones.
El diálogo tendrá el lunes un receso, que retomarán el martes, hasta el jueves, cuando está previsto que culmine este 19° ciclo de las conversaciones, debido al comienzo de los trabajos de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). AFP
Una agenda de tres puntos
La delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) discute con su contraparte oficial el tercer punto de la agenda de conversaciones de paz, relativo a las drogas ilícitas, para terminar el conflicto armado de medio siglo en Colombia.
En los dos primeros dos puntos de la agenda -el problema agrario y la participación política- se alcanzaron acuerdos en las conversaciones iniciadas hace 14 meses que tienen lugar La Habana.
Quedan pendientes los temas del abandono de las armas, la reparación de las víctimas y la forma de refrendar un eventual acuerdo de paz.
AFP