El líder opositor venezolano Henrique Capriles no renuncia a sus reclamos tras las elecciones presidenciales de abril del año pasado, pero asegura que Venezuela ya se encuentra «en otra etapa» y que el «peor error» sería quedarse esperando sin hacer nada.
En una entrevista con Efe, el excandidato presidencial, que no reconoce lo que considera un triunfo fraudulento del presidente Nicolás Maduro en esas elecciones, asegura que eso tampoco puede ser un obstáculo para dejar las diferencias aparte y trabajar con el Gobierno en la lucha contra la inseguridad.
«Lógicamente estamos en otra etapa, vamos dejando atrás hechos, acontecimientos. No quiere decir con eso que dejar atrás un acontecimiento o un hecho signifique un cambio de principios o signifique un pacto con el Gobierno», indicó Capriles, de 41 años.
«Sin duda alguna sería el peor error político de cara al futuro que nosotros nos paralicemos, que dejemos de hacer nada (…) esperando a que pase algo», subrayó.
Reconoce que el resultado de las elecciones municipales del 8 de diciembre, ganadas ampliamente por el chavismo, no fue el que esperaba, pero al ser preguntado si fue un error llamar a la gente a votar en clave de plebiscito sobre el Gobierno descarta la idea.
«Esa pregunta me la he hecho muchas veces y tengo dos respuestas: una, no se logró y de repente no había que plantearlo así, y hay otra que es: si no la hubiésemos planteado así (…) no tendríamos hoy casi 80 alcaldías y las más importantes del país; hubiera sido tierra arrasada» por el chavismo, dijo.
«Creo más en la segunda», añadió.
Pese al resultado, para Capriles esa elección no ayudó a reforzar la legitimación de Maduro, quien salió muy fortalecido de esa contienda. «La legitimación del Gobierno se la ha dado el secuestro de los poderes», indicó.
Manifestó que hizo «todo lo que tenía que hacer» en el ámbito local e internacional tras las elecciones de abril, ganadas por poco más de 200.000 votos por Maduro, pero subrayó que no puede «pedirle al país que se paralice, que nadie haga nada, que nadie salga de su casa (…) esperando a ver qué pasa».
De hecho, Capriles participó recientemente en una reunión con el presidente en Miraflores para abordar de forma conjunta el problema de la seguridad, uno de los mayores flagelos que azotan a Venezuela.
«¿Cómo yo no iba a ir, si yo estoy planteando dejar las diferencias políticas a un lado?», explicó, asegurando que la solución de la criminalidad «transciende a la lucha partidista» y la denuncia sobre el proceso electoral.
Señaló que el breve saludo que intercambio entonces con Maduro fue «normal: Bueno ¿qué hubo Capriles?, ¿qué hubo Maduro?», pero le restó importancia, asegurando que está dispuesto a hablar del problema de la violencia «con Maduro o con quien sea».
Sobre las voces que han reavivado la discusión interna sobre el liderazgo de la oposición tras las municipales, Capriles señaló que «la gente que lo ha planteado, siempre lo ha planteado». Todavía no conozco a ninguno de esos que plantea siempre el debate que no quiera ser presidente», afirmó.
«Mi lucha es por los venezolanos, y ese pueblo que está en la calle, para mi, es el que dirá: Capriles estamos contigo, o Capriles no estamos contigo», manifestó.
«Yo lo que he visto es que nosotros el liderazgo no lo logramos por un acuerdo, el liderazgo que hemos ido construyendo en muchos venezolanos entró en su corazón», añadió.
Criticó que para algunos la unidad de la oposición «es buena cuando ellos son los que están en la primera fila, pero cuando les toca sentarse en la segunda o la tercera fila están sentados allí (…) con un cuchillo a ver como se lo clavan al que está en la primera fila».
«Hay muchos que su aspiración no es cambiar a Venezuela sino ser presidente de la república», criticó.
Pese a que en la oposición se habla del 2016 para convocar un referendo revocatorio contra Maduro, como permite la Constitución, Capriles asegura: «el objetivo hoy no es 2016, el objetivo es 2014».
«El 2014 lo veo como un año crucial, porque yo creo que este año o el país se planta firme y busca la salida a la crisis o también pudiera ser que el país se acostumbre», indicó, rechazando la idea de que los venezolanos se habitúen a «hacer cola de tres y cuatro horas» para comprar un litro de leche.
Tras más de dos años en campaña constante, asegura que «uno añora meterse a los pueblos», pero al mismo tiempo ahora puede «reflexionar», e incluso pensar en su vida personal. «Yo también quiero organizar mi vida personal (…) yo quiero tener familia también, soy un hombre de familia; no tengo boda, pero es mentira eso de que le van a venir a buscar a uno», dijo.EFE