Febriles negociaciones diplomáticas y manifestaciones buscaban evitar la ejecución del mexicano Edgar Tamayo Arias, prevista para este miércoles en Texas, que sólo la Suprema Corte podría detener con un fallo de último momento.
Tamayo Arias, de 46 años, debe ser ejecutado con inyección letal a las 18H00 locales (00H00 GMT) en la cámara de la muerte de Huntsville, en Texas (sur de Estados Unidos).
«Seguimos intentando todas las opciones de apelación para hacer valer el derecho del señor Tamayo al examen de la violación de sus derechos consulares», dijo uno de los abogados del mexicano, Maurie Levin, pocas horas antes del momento previsto para la ejecución.
Luego de un recurso ante una Corte de Apelaciones de Texas, los abogados de Tamayo presentaron las últimas apelaciones ante la Suprema Corte: una que se apoya en la violación de sus derechos consulares y otra que se propone reabrir la discusión sobre su eventual retraso mental.
Una lluvia de llamados e intervenciones diplomáticas y judiciales intentaban a último minuto evitar la muerte del mexicano, condenado por el asesinato de un policía en 1994 en Houston, pero privado de sus derechos consulares, en violación de la Convención de Viena.
La Convención de 1963, ratificada por 175 países incluido Estados Unidos, prevé que todo extranjero debe recibir asistencia de sus representantes consulares, tras ser informado de sus derechos.
El martes por la noche, un juez federal de Texas rechazó una demanda para postergar la ejecución del reo y volver a revisar su caso, como decidió la Corte Internacional de Justicia en 2004, al determinar que se le había proporcionado un «procedimiento justo».
«Estamos decepcionados por este fallo», afirmaron los abogados de Tamayo Arias al anunciar su intención de «continuar luchando por el derecho de Edgar a que se revise su caso».
Chantal Valery / AFP