El aumento de producción de la planta de celulosa de UPM, fijado en 100.000 toneladas anuales provocó el rechazo de Argentina, que amenazó con recurrir de nuevo a la Corte Internacional de La Haya para dirimir el conflicto
El canciller uruguayo, Luis Almagro, afirmó ayer viernes que «se pudrió todo» en las relaciones entre su país y Argentina a raíz del aumento de producción de la planta papelera de la empresa finlandesa UPM, situada en la frontera común sobre el río Uruguay.
Entre estos conflictos destacan las restricciones que Argentina impuso en noviembre al transbordo de mercancías de sus barcos en el puerto de Montevideo, y que provocó un descenso de más del 40 % en el tráfico marítimo en la capital uruguaya, según datos del Centro de Navegación uruguayo (Cennave).
Almagro calificó esta situación de «desastre para el comercio», y afirmó que estas medidas «se enmarcan en una lógica perversa» de la relación bilateral.
El canciller opinó además que «los países tienen que tomar decisiones en función del respeto que se tengan a sí mismos» y reiteró que la autorización para UPM fue dictada «por el ministerio competente y por el presidente de la República».
Almagro se entrevistó con su homólogo argentino, Héctor Timmerman, durante la reunión de los estados parte de la Convención Interamericana de Derechos Humanos que se desarrolló esta semana en Montevideo.
Se trató de la primera reunión de alto nivel entre ambos países desde que el pasado mes de octubre el gobierno uruguayo autorizase el aumento de producción de la papelera UPM.
Almagro no descartó que fuese a producirse un encuentro entre la presidenta argentina, Cristina Fernández, y el mandatario uruguayo, José Mujica, cuando coincidan en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se celebra en Cuba el 28 y 29 de enero.
Ya a comienzos de este mes, Mujica declaró al diario chileno «El Mercurio» que la relación con Argentina estaba «atascada», y acusó al país vecino de contaminar las aguas del fronterizo río Uruguay porque sus empresas papeleras «son muy antiguas».
Aumento rechazado
El aumento de producción de la planta de celulosa de UPM, fijado en 100.000 toneladas anuales frente al 1.100.000 actuales y autorizado en octubre por el presidente Mujica, provocó el rechazo de Argentina, que amenazó con recurrir de nuevo a la Corte Internacional de La Haya para dirimir el conflicto.
La instalación de UPM en 2005, cuestionado por ambientalistas argentinos que cortaron un puente internacional en la frontera común, desató la mayor crisis bilateral entre ambos países en décadas.
Se solventó en 2010 tras un fallo de la Corte de la Haya que dictaminó que la papelera no contaminaba, pero que Uruguay no había informado debidamente a Argentina sobre los detalles de la construcción.
Agencias