Según la Policía italiana, se trataba de un artefacto de poca potencia, y en un principio no se descartó que estuviera relacionada con la visita al Vaticano de Hollande
ROMA. Una falsa alarma de bomba se registró ayer viernes en la plaza de San Pedro del Vaticano en los minutos anteriores a la visita del presidente de Francia, François Hollande, quien fue recibido por el papa Francisco en audiencia.
El subdirector de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Ciro Benedettini, informó que la Policía de Estado italiana recibió una llamada telefónica este viernes en torno a las 09.35 hora local (08.35 GMT) alertando de la colocación de dos bombas en la columnata de la plaza de San Pedro.
Una posterior comprobación permitió descartar que hubiera alguna bomba a las autoridades y las fuerzas de seguridad, que, como procede por las visitas de los jefes de Estado al Vaticano, previamente habían llevado a cabo los preceptivos controles de seguridad en la plaza de San Pedro y en la adyacente Vía de la Conciliación.
«Nunca ha habido en el Vaticano ninguna preocupación por una alarma de bomba», dijo Benedettini a los periodistas.
Esta falsa alarma se produjo después de que anoche explotara un artefacto de poca potencia en una calle de Roma aledaña a la sede de una fundación francesa vinculada a la embajada de Francia ante la Santa Sede, que solo causó daños en cinco coches aparcados allí.
Según la Policía italiana, se trataba de una bomba de poca potencia, y en un principio no se descartó que estuviera relacionada con la visita al Vaticano de Hollande.
«Las autoridades italianas me han asegurado que el artefacto que ha explotado esta noche en Roma no tiene nada que ver con la visita del presidente Hollande», dijo a los periodistas el ministro del Interior de Francia, Manuel Valls, quien acompañó al jefe de Estado en su visita al Vaticano.
El pasado 20 de noviembre, durante la cumbre ítalo-francesa que presidieron en Roma Hollande y el primer ministro de Italia, Enrico Letta, se registraron violentos enfrentamientos entre la Policía y un grupo de manifestantes que protestaban contra la construcción de un túnel por el que pasará una línea ferroviaria de alta velocidad que unirá Turín (Italia) y Lyon (Francia).
Agencias