Una ley federal de 1986 permite imponer severas penas a traficantes o revendedores de droga en el caso de que el consumidor fallezca.
Sin embargo, los nueve jueces de la más alta instancia jurídica del país consideraron que debía probarse «más allá de la duda razonable» que la sustancia causó la muerte de Josua Banka.
La Corte Suprema examinó el caso de Marcus Burrage, un traficante que fue condenado a dos penas de 20 años en Iowa (centro) y que apeló la segunda impuesta «por distribuir la heroína que causó la muerte» del consumidor.
Durante una audiencia el 12 de noviembre de 2013, los nueves magistrados intentaron esclarecer si la dosis de heroína que Burrage vendió causó la muerte de Banka, quien consumió la sustancia con un cóctel de antidepresivos y somniferos.
En su decisión, el tribunal rechazó la interpretación del gobierno de Barack Obama, según la cual basta con que la heroína haya sido «un factor que contribuyera» a la muerte para que el traficante pueda recibir una doble condena.
En su fallo, la Corte Suprema se pregunta si el consumo de la droga contribuyó al 5%, 15% o 50% del fallecimiento de Banka. «¿Quién sabe? Una incertidumbre como esta no puede corresponder al criterio ‘más allá de la duda razonable’ aplicable en la justicia penal».
Los jueces también afirmaron que antes de condenar a un traficante a dos condenas por sobredosis mortal, un jurado debe probar las razones de la muerte del consumidor más allá de la duda razonable.
Los magistrados mantuvieron la primera condena de 20 años por distribución de heroína y aceptaron indemnizar al traficante por los gastos judiciales.
AFP