Un rápido avance en las negociaciones es clave para Santos, que apuesta a sus resultados como parte de su estrategia para ganar la reelección en los comicios presidenciales del 2014
El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC reanudaron el lunes sus conversaciones de paz en Cuba, en momentos en que los rebeldes insisten en un cese al fuego bilateral que el presidente Juan Manuel Santos se niega a aceptar.
Un rápido avance en las negociaciones es clave para Santos, que apuesta a sus resultados como parte de su estrategia para ganar la reelección en los comicios presidenciales del 2014.
Pero el presidente se ha negado a aceptar un cese de las hostilidades propuesto por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y ha mantenido la presión militar sobre los rebeldes.
«Desde el inicio de las conversaciones de paz (…) hemos manifestado de manera pública y reiterada nuestra absoluta disposición para concertar y firmar de manera inmediata un Tratado de Regularización de la Guerra, o un cese bilateral de hostilidades entre las partes», dijo Pablo Catatumbo, uno de los negociadores de la guerrilla, en una carta dirigida el lunes al vicepresidente colombiano, Angelino Garzón.
«La respuesta del Gobierno (…) ha sido de rechazo absoluto», añadió.
Después de 14 meses de negociaciones, el Gobierno de Santos y las FARC han logrado acuerdos parciales para dar acceso a tierra a los campesinos pobres y garantías para la inserción del grupo rebelde en la vida política.
Ambas partes reanudaron el lunes una discusión sobre el narcotráfico, el tercero de los seis puntos que componen la agenda de las conversaciones para terminar con un conflicto armado de medio siglo que ha dejado unos 200.000 muertos y millones de desplazados en el país sudamericano. El problema de las drogas y del narcotráfico en Colombia es el tema que sigue en discusión, este tema hace parte del tercer punto de la agenda, donde se intenta darle solución al problema de las drogas ilícitas.
Las autoridades acusan a los guerrilleros de utilizar el narcotráfico para financiar sus operaciones militares. Las FARC niegan los cargos.
A través de un comunicado, las FARC expresaron su deseo de «contribuir» al propósito de proclamar a Latinoamérica «zona de paz».
El Gobierno colombiano y las FARC han avanzado en el primer subtema de la agenda de drogas, relacionado con la sustitución de cultivos ilícitos y planes integrales de desarrollo.
Está previsto que la actual ronda de negociaciones termine el 13 de febrero, pero la discusión sobre el narcotráfico podría prolongarse.
Agencias