Cansados de esperar una solución habitacional, las 52 familias, que hace un año y medio, tomaron el antiguo estacionamiento, ubicado en la calle 3-A de la mencionada urbanización del municipio Sucre decidieron elevar su voz protesta, el día de ayer, para reiterarle a los entes oficiales una respuesta a sus exigencias
“Para ser escuchados hay que protestar”. Este fue la posición que mantuvo un grupo personas, integrado por al menos unas 52 familias, durante una protesta que se llevó a cabo ayer en la Av. principal de La Urbina, a la altura del Terminal de Petare, donde por más de dos horas estuvo bloqueado el acceso vehicular, a fin de reiterarle a las autoridades gubernamentales sus demandas habitacionales.
Por casi un año y medio, estos manifestantes han esperado ser asignados a un complejo habitacional, luego que tomaran arbitrariamente un terreno en la calle 3-A de la mencionada urbanización, donde funcionaba un antiguo estacionamiento. Pero los días pasaron y las calamidades crecieron hasta el límite de “poner en riesgo la vida de los niños por las pésimas condiciones en la que se encuentra el lugar”, aseguraron.
“A la intemperie”
Así lo manifestó Yulimar Zamora, quien asegura que la situación ha caldeado los ánimos de sus compañeros, dado que además de carecer de servicio de luz, gas y gas, tampoco cuentan con red de tuberías, lo que los obliga a hacer sus necesidades fisiológicas sobre “periódicos o en la maleza”, dado que los baños no existen en este lugar.
Cuenta que durante todo este tiempo han dormido en casas improvisadas, hechas de tablas, plásticos y cartones reciclados, pues muchos de nosotros tenemos hijos y son pocos lo que cuentan con un empleo fijo, “tenemos que rebuscarnos haciendo trabajitos extras. Hay que buscar de alguna u otra forma la platica”.
Pero de brazos cruzados y con una mueca en el rostro se muestra molesta, Maribel Rodríguez, otra manifestante , quien prefirió compartir una reflexión diciendo, “al fin y al cabo todos somos hijos de Dios sin ninguna tendencia política, por lo que merecemos vivir dignamente y en un lugar seguro”.
“Ni poder vivir alquilados”
La mujer lamenta que para los venezolanos el poder adquisitivo «ya no es como antes», en la que una persona podía comprar o al menos vivir alquilada. «Si acaso podemos mantener a los muchachos e ingeniárselas para resolver una desayuno sencillito”.
Aseguró que están siendo constantemente engañados , dado que han ido en reiteradas ocasiones a la Presidencia, incluso a varias instancias gubernamentales y siguen sin ser escuchados. La exigencia es precisa, los manifestantes quieren compromisos y que el Gobierno siga atendiendo la emergencia habitacional continuando con ellos.
“Carísimo”, “por las nubes” y “horrible”, fueron unas de las expresiones más comunes de quienes aventuran buscar precios de apartamentos, pequeñas habitaciones, inclusive, piezas para poder albergar dignamente, y es que “siquiera el convertirse en el peculiar cazador de ofertas se podría conseguir un lugar donde albergar, puesto que los precios de alquileres se encuentran elevados”, dijo Rodríguez.
En vista de esta situación y cansado de vivir “arrimados” decidieron apoderarse ilegalmente de dicho terreno que además de no estar apto para residir, sufre el mayor “flagelo que tiene el país; la inseguridad, en la que además de dormir aturdidos por las balaceras que escuchan casi todas las noches, también se han reportado robos y atracos en dicha avenida”.
“Al menos en un refugio”
Por su parte, Yeinys Méndez otra protestante, manifestó que prefiere vivir en un refugio esperanzados que tendrá una vivienda propia y digna, que estar en un sitio en condiciones deplorables, expuesta a contraer una enfermedad, ya que la proliferación de roedores y plagas crece día a día.
El problema, expresan los protestantes es que cada año la lista de los damnificados, va creciendo y se multiplica sin parar, desde 1999 hay personas esperando por vivienda y aún nada, lo que nos demuestra una apatía por parte de las autoridades gubernamentales en materia de vivienda, pero siguen sin reubicar a gente “como nosotros que no tiene donde vivir ni los recursos para costear un alquiler y prefiere estar en un albergue”, concluyó.
Sin respuesta
Por más de tres horas los manifestantes impidieron el tránsito colocando piedras y objetos contundentes. Sin embargo, sus exigencias no fueron escuchadas por ninguna autoridad de Estado, por lo que advirtieron planificar una serie de medidas para llamar la atención de los de los organismos competente.
Resaltaron que una de estas acciones sería obstaculizar por completo una de las arterias viales que tiene mayor volumen vehicular. “Estamos cansados de falsas promesas que nunca se cumplen. Queremos una respuesta ya”, finalizaron
Mairy Chourio
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