La comunidad venezolana en el estado de EEUU de la Florida consideró hoy que la política restrictiva de divisas decretada por el Gobierno de Nicolás Maduro, que reduce drásticamente los dólares para los venezolanos que viajan al extranjero, es un «castigo» a los opositores.
Tras las nuevas medidas del control de cambios de divisas, los venezolanos que viajan a la Florida y a Colombia, Costa Rica, Panamá y Perú tienen un cupo anual de 700 dólares, mientras que para el resto de Latinoamérica y Estados Unidos, además de Canadá, el monto es de 2.500 dólares.
El objetivo es «castigar» a los venezolanos del sur de Florida porque el gobierno de Maduro «sabe que aquí la mayoría de los que residen y los que visitan son opositores», dijo hoy a Efe Patricia Andrade, directora de Derechos Humanos de Venezuela Awareness.
Según Andrade, entre 1998 y 2012 unos 8.000 venezolanos solicitaron asilo político a las autoridades migratorias de Estados Unidos, pese a que «el venezolano evita esta opción porque su índice de aprobación es bajo».
José Colina, presidente de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (VEPPEX), afirmó por su parte que ve las directrices como una forma de «intensificar la persecución política».
«A nosotros nos llama la atención que la restricción es donde hay mayor cantidad de venezolanos por persecución política», aseguró.
Colina explicó que es imposible cubrir los gastos de un viaje de 10 días a Florida con ese dinero, más cuando «las condiciones de los perseguidos políticos no son las mejores para subsidiar a sus familias».
Con la escasez de productos básicos en Venezuela, como el papel sanitario y ciertos alimentos, Florida y otros destinos se han convertido en una especie de supermercado de esa nación latinoamericana, cuya inflación superó el 56 por ciento en 2013.
«Lo tradicional de los venezolanos que vienen a Florida es que traen una maleta vacía dentro de otra maleta para llevar productos básicos que no consiguen allá, incluso pan», precisó Andrade.
Según Colina, los venezolanos vienen a comprar «desde perfumes hasta harina pan, incluyendo jabones y toallas sanitarias».
Ernesto Ackerman, director de la Asociación de Ciudadanos Venezolanos Americanos, señaló que el gobierno de Venezuela está evitando que los venezolanos vengan a visitar a sus compatriotas, «cortando en donde la oposición es más férrea».
La regulación en la compra y venta de divisas es una herencia del gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, quien esta semana cumpliría 15 años en el poder desde su posesión presidencial.
La activista Andrade subrayó que «la situación humanitaria en Venezuela es crítica porque con la desaparición física de Chávez la violación a los Derechos Humanos se ha profundizado con Maduro, quien al asumir la presidencia ha tenido que abusar del poder para poder controlar el país».
El gobierno venezolano ha explicado que con la medidas también busca frenar el uso ilegal del cupo de divisas, mediante el cual se compran dólares oficiales baratos (6,3 bolívares por 1 dólar) y se venden caros en el mercado negro (81).
Ackerman afirmó que estas medidas, además de afectar a los visitantes, repercuten también a sus compatriotas en Florida que ofrecen transporte o envíos de paquetes.
A su juicio, ahora «es casi imposible viajar para un venezolano promedio porque los pasajes alcanzan los 4.000 dólares».
Esta situación podría afectar el turismo del estado si se tiene en cuenta que Venezuela es el quinto país de mayor procedencia de turistas a Florida, con medio millón en 2012, según datos del gobierno estatal.
Por otro lado, no es muy claro el impacto que puedan tener estas medidas en la inversión de capital venezolano en Florida.
«No considero que habrá un impacto masivo en Florida, pues una parte muy importante del dinero ya salió de Venezuela, ya que en los últimos 10 años ha habido una fuga de capitales estimada en 150.000 millones de dólares, el equivalente a la suma del PIB en varios países de Latinoamérica», explicó Jaime Ortega Jr, vicepresidente de banca global de Apollo Bank.
Según afirmó, no cree que vaya a haber un impacto general, y precisó que sí es seguro que «cada vez es más difícil sacar dinero de Venezuela». EFE