Chávez planificó el golpe como implacable operación limpieza. El primer objetivo era la eliminación física del Presidente Carlos Andrés Pérez
Octavio Lepage
Sin dejarnos atrapar por el desaliento, por la sensación de tiempo perdido, de esfuerzo inútil, es inevadible perseverar en el empeño de contrarrestar la sostenida determinación de este gobierno de alterar y reescribir la historia nacional. Que cada venezolano decida cómo contribuir a esta campaña en defensa del ser nacional.
Veamos lo sucedido el 4 de Febrero de 1.992, contrastándolo con la versión oficial. ¿Qué sucedió aquel día? Un golpe de estado, un golpe militar cuyo organizador y cabecilla Hugo Chávez, oficial de la República que había prestado juramento de defender la Constitución. ¿Cuál fue su banderín de enganche? Que la democracia se había corrompido y que los oficiales jóvenes estaban obligados a actuar para restablecerla a plenitud y depurarla. Desde entonces han transcurrido quince (15) años y en Venezuela la democracia está agonizante y la economía al borde de la bancarrota. Sin embargo, el 4 de febrero fue declarado fiesta nacional y hasta se celebra con desfile militar.
Chávez planificó el golpe como implacable operación limpieza. El primer objetivo era la eliminación física del Presidente Carlos Andrés Pérez. Un tanque artillado derribó la puerta de ingreso a Miraflores y simultáneamente se atacaba La Casona con obuses que afortunadamente no estallaron por estar vencidos. Evidentemente estaba concebido y planificado como un golpe gorila como el de Pinochet en Chile y de los generales encabezados por Videla en Argentina.
El golpe había sido bien planificado y su ejecución sorprendentemente coordinada y efectiva. El comandante Urdaneta Hernández, dominó la guarnición de Maracay, la más poderosa del país, sede de la Aviación Militar; el comandante Arias Cárdenas dominó la guarnición del Zulia segunda en poderío militar, el comandante Acosta Chirinos, dominó la Base Aérea La Carlota. El Presidente Pérez cercado en Miraflores. Evidentemente el gobierno legítimo estaba caído, se salvó gracias a la audacia y al gran coraje del Presidente Pérez, quién pudo escapar milagrosamente de Miraflores por la puerta trasera dirigiéndose a Venevision, desde donde la habló a los venezolanos. Chávez terminó rindiéndose. Unas palabras enérgicas del Presidente, derrotaron a aquel impresionante aparato militar.
Para terminar, es procedente señalar que los oficiales más destacados que acompañaron a Chávez en su aventura, se alejaron de él, al comprobar que su plan no era restablecer la democracia, sino implantar en Venezuela el modelo comunista cubano.