A un océano de distancia de sus problemas románticos, el presidente francés Francois Hollande llegó el lunes a Estados Unidos, donde acompañado por su anfitrión Barack Obama recorrerá una pintoresca propiedad construida por un afamado francófilo.
El viaje a Monticello, residencia del expresidente Thomas Jefferson, marca el inicio de una visita de Estado pensada más para mostrar los lazos duraderos de Estados Unidos con su más antiguo aliado, que la ausencia de la primera dama francesa en una ocasión formal.
Una ceremonia formal de arribo, con fanfarrias y un saludo de 21 disparos aguardan a Hollande el martes en la Casa Blanca antes de reunirse con Obama y hablar sobre Irán, Siria e intereses económicos compartidos. También darán una conferencia de prensa antes de ponerse su frac para dar una cena de Estado en honor al visitante.
Pero antes de todo, el líder francés tendrá que encarar primero las sonrisas burlonas: Hollande atrajo los titulares y el ridículo el mes pasado en todo el mundo después de que una revista del corazón indicó que cruzaba París en una motocicleta y con el rostro cubierto con un casco para reunirse con su amante, la actriz francesa Julie Gayet.
Desde entonces se separó de Valerie Trierweiler, su compañera sentimental durante varios años. Los franceses en gran medida no hicieron mucho caso al amorío de su presidente por considerarlo un asunto privado, aunque siguieron los detalles en los medios de comunicación.
AP