El país amaneció este jueves en calma luego de los violentos incidentes que se registraron en Caracas y otras ciudades del interior del país que dejaron como saldo tres muertos, 66 heridos y 69 detenidos, mientras el gobierno advirtió que tomará medidas para garantizar el orden.
La capital venezolana retornó a su ritmo normal de actividades mientras que en algunos puntos de la ciudad se observó una mayor presencia policial y militar como parte del reforzamiento de la seguridad que acordó el gobierno tras los violentos incidentes que ocurrieron en la víspera en el centro y este de Caracas.
En algunas zonas del este de la ciudad se registraron hoy pequeñas manifestaciones estudiantes que se desarrollaron de forma pacífica.
El canciller Elías Jaua afirmó este jueves que el gobierno tomará «medidas de Estado» para garantizar el orden en todo el país y evitar que la violencia, pero detalló cuáles serían las disposiciones.
Jaua responsabilizó de forma directa al dirigente opositor Leopoldo López y a la diputada María Corina Machado de los hechos del miércoles.
El canciller informó a la cadena regional Telesur, que la cúpula gubernamental se reunió durante la madrugada con el presidente Nicolás Maduro para evaluar las acciones. «No vamos a permitir que digan que en Venezuela hay una dictadura y no se respetan los derechos humanos», señaló.
El dirigente del partido opositor Voluntad Popular, Carlos Vecchio, dijo que han recibido informaciones extraoficiales de una «supuesta orden de detención» que emitió un tribunal local contra López, quien fue uno de los promotores de las marchas de la víspera, e indicó que el líder político se encuentra en su «casa con sus abogados».
Vecchio expresó que López, quien es responsable nacional de Voluntad Popular, «está en Venezuela» y que no tiene planeado salir del país porque «no tiene rabo de paja y no tiene miedo».
El dirigente rechazó los señalamientos contra López, y acusó al gobierno de los violentos sucesos. «Es el gobierno el que ha orquestado un plan», agregó.
Universitarios y opositores realizaron el miércoles una multitudinaria marcha en el centro de Caracas para manifestar contra la creciente delincuencia y otros problemas que agobian a los venezolanos, convirtiéndose en la mayor protesta que ha enfrentado Maduro desde que asumió el gobierno en abril pasado
La marcha opositora, que se había desarrollado de forma pacífica, culminó en violencia cuando centenares de manifestantes opositores se enfrentaron con piedras y botellas a decenas de guardias nacionales que trataron de contenerlos con balas de goma.