Tomar sol suele ser el pasatiempo favorito de las personas cuando van a la playa. La mayoría de la gente busca broncearse y, por eso, pasan gran cantidad del tiempo bajo los rayos solares, ignorando que esta costumbre puede generar efectos secundarios en la piel. Una de estas consecuencias es el cáncer de piel.
En los últimos años, se ha reportado un incremento en la frecuencia de este tipo de cáncer a nivel mundial.Según estudios recientes, entre el 40 y 50% de las personas que vive hasta los 65 años de edad, ha tenido cáncer de piel al menos en una oportunidad.
Este tipo de enfermedad se divide en dos categorías: cáncer de piel no melanoma y melanoma. Dentro del primer grupo, los tipos de canceres más frecuentes son el carcinoma basocelular y carcinoma espinocelular. Ambos suelen producirse principalmente en las zonas expuestas al sol: cabeza, cara, cuello, manos y brazos y el signo de alarma más común es un cambio en la piel, como un tumor o crecimiento de la misma, o una lesión costrosa que no mejora. Sin embargo, no todos los tipos de cáncer de piel tienen el mismo aspecto, ya que otros se pueden manifestar como un tumor liso, brillante o eritematoso. Por esto, es importante consultar a un dermatólogo si una lesión dura más de dos semanas.
“La principal causa del cáncer de piel son los rayos ultravioletas provenientes del sol, al igual que las fuentes artificiales de rayos UV, como cámaras de bronceados, lámparas solares, etc. Aunque cualquier persona puede padecer de cáncer de piel, aquellas con piel blanca, rubias, pelirrojas y ojos claros tienen mayor riesgo”, explica la médico internista y dermatóloga del Centro Láser de Estética Integral, Dra. Elisa Villasmil.
La mayoría de los casos de cáncer de piel comienzan después de los 50 años de edad, pero los efectos dañinos del sol comienzan a edad temprana. Por este motivo, es importante que las personas se examinen con regularidad para detectar cualquier crecimiento o cambio en la piel. En caso de observarse alguno, es necesario realizar una biopsia de piel para así poder detectar la presencia de células cancerosas y poder poner en marcha el tratamiento que puede incluir algún tipo de cirugía, el cual se puede llevarse a cabo de forma rápida y sencilla cuando es detectado en forma precoz.
“Por otra parte, en materia de prevención, el cuidado de la excesiva exposición a los rayos solares debe iniciar desde la infancia y resulta de gran importancia educar al público en general con conocimientos básicos para detectar de forma precoz esta enfermedad, ya que puede ser curada hasta en un 100% si se detecta en sus primeras fases”, afirma la Dra. Villasmil.