«Aquí no se va a trancar más autopistas, no se debe trancar, no lo voy a permitir. Ya basta, por la vía legal vamos a desbloquear y no vamos a permitir más trancas de autopistas y vías principales», dijo el presidente Nicolás Maduro en un acto oficial, mientras los manifestantes eran dispersados.
Con gases lacrimógenos y agua a presión, efectivos de la militar Guardia Nacional Bolivariana dispersaron a los manifestantes de la autopista Francisco Frajardo y de la Plaza Altamira (en el acomodado municipio de Chacao), donde se concentraron desde el mediodía para marchar hacia la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
«La actuación de los cuerpos de seguridad se dio para despejar la autopista Francisco Fajardo, ahí hubo acción de gases lacrimógenos y vehículos blindados que llaman la ballena, que rocía agua», indicó a su vez el alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, al canal privado Globovisión.
Con banderas y pancartas en rechazo a la violencia y al gobierno, centenares de estudiantes bloquearon durante la mañana varias calles de Chacao en homenaje a sus compañeros muertos en los disturbios del miércoles, que dejaron tres fallecidos, y para pedir la liberación de casi un centenar de detenidos en los últimos días.
«Estamos acá para exigir la libertad de los estudiantes y porque ya no podemos vivir en tanta violencia», declaró María Correia, de 20 años, estudiante de la Universidad Santa María.
El titular de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Juan Requesens, reconoció que ya fue liberado el 60% del centenar de detenidos.
Sangrienta protesta
Este viernes también se velaron los restos del activista prochavista Juan Montoya, mientras en una cancha de fútbol de Guatire, un suburbio de Caracas, se dio el último adiós al joven estudiante opositor Bassil da Costa, ambos víctimas de los violentos disturbios del miércoles.
Hace once días grupos de estudiantes y opositores al gobierno iniciaron en ciudades de provincia marchas contra la inseguridad, la inflación y la escasez de productos, mientras Caracas fue escenario el miércoles de la mayor protesta contra Maduro, quien asumió hace diez meses tras la muerte de Hugo Chávez.
Además de balaceras aisladas y enfrentamientos a pedradas, grupos de manifestantes quemaron neumáticos y atacaron la sede del Ministerio Público en Caracas, tras lo cual fueron reprimidos por policías.
Maduro, que el sábado participará en una marcha chavista en Caracas «por la paz», calificó la violencia como un «golpe de estado en desarrollo» de grupos de ultraderecha vinculados con algunos partidos de la oposición. Esta atribuyó al gobierno la responsabilidad de los disturbios.
«Las manifestaciones de los estudiantes pusieron en evidencia la crisis global, estructural, en términos polítIcos y económicos que vive Venezuela», explicó el sociólogo Ignacio Ávalos.
La televisión venezolana se abstuvo de difundir imágenes de los incidentes y el Consejo Nacional de Telecomunicaciones, órgano gubernamental regulador de empresas audiovisuales, había recordado el riesgo de sanciones para aquellos medios que hagan «promoción de la violencia».
En un mensaje por cadena nacional el jueves Maduro acusó a medios extranjeros de manipular informaciones, entre ellos a la agencia AFP, y dijo que su gobierno decidió quitar del aire al canal colombiano de noticias NTN24.
Asimismo, este viernes Twitter dijo creer que el gobierno venezolano estaba detrás del bloqueo de la difusión de imágenes en la red social en Venezuela, pero la estatal de telecomunicaciones Cantv desmintió la versión.
Disenso opositor
Impulsada por un sector de la oposición, la táctica de protestas para pedir la salida de Maduro ha sido calificada como golpista por el gobierno y genera reticencias también entre dirigentes de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD).
«Vamos a canalizar el descontento, pero yo no les voy a mentir, las condiciones no están dadas para presionar la salida del gobierno», declaró el jueves Henrique Capriles, líder de la MUD y excandidato presidencial.
Luego de los incidentes la justicia venezolana ordenó el arresto del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, bajo cargos de asesinato, entre otros, aunque sus abogados dijeron no haber recibido notificación alguna.
López es uno de los tres dirigentes que impulsan ocupar las calles bajo la consigna «La salida» para oponerse al gobierno, que ganó las presidenciales de abril y refrendó con mayor margen en las municipales de diciembre.
Varias organizaciones multilaterales, como la ONU y la OEA, pidieron que se enjuicie a los responsables de los ataques, y países como Estados Unidos y Panamá manifestaron su preocupación por lo ocurrido.
Otros países aliados de Caracas, como Cuba, Argentina y Bolivia, se solidarizaron con Maduro.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras del mundo, enfrenta una inflación anual de 56,3% y un índice de escasez que en enero alcanzó a uno de cada cuatro productos básicos. La violencia criminal deja entre 39 y 79 homicidios anuales cada 100.000 habitantes, según estadísticas oficiales o de ONG.
AFP