La pianista venezolana Gabriela Montero dedicó una carta abierta al conductor Gustavo Dudamel y al director del Programa de Orquestas Juveniles, José Antonio Abreu, sobre los hechos que del pasado 12 de febrero, donde tras una marcha convocada por los estudiantes en Caracas, hechos violentos dejaron tres personas muertas y 66 heridos.
“Venezuela se está hundiendo y El Sistema se hundirá con ella”, afirmó. “No más excusas. No más ‘Los artistas están por encima y más allá de todo’”.
A continuación la carta completa, traducida de Arts Journal.
Creo que el momento ha llegado para mí como artista, venezolana, mujer y madre de escribir una carta a José Antonio Abreu y Gustavo Dudamel. No lo había hecho antes por afecto y respeto hacia Gustavo.
Pero no puedo permanecer callada más tiempo. Ayer, mientras decenas de miles de manifestantes pacíficos marcharon en toda Venezuela para expresar su frustración, dolor y desesperación ante el total colapso cívico, moral, físico, económico y humano de Venezuela, y mientras milicias armadas por el Gobierno, la Guardia Nacional y la policía atacó, mató, hirió, apresó y desapareció muchas víctimas inocentes, Gustavo y Christian Vásquez dirigieron la orquesta en un concierto celebrando el Día de la Juventud y los 39 años del nacimiento de El Sistema. Tocaron un concierto mientras su gente estaba siendo masacrada.
A menudo uso la analogía del Titanic. El cuarteto que tocaba a bordo se hundió con ellos mientras seguían tocando su música. La música no ayudó. La música no los salvó. Venezuela se está hundiendo y El Sistema se hundirá con ellos. Hemos pasado el punto de no retorno. La música, la ambición y la fama no valen de nada al lado del sufrimiento humano. No significan nada cuando eres abusado, herido y matado.
No más excusas. No más aquello de “Los artistas están por encima y más allá de todo”.
No más “Lo hacemos por los niños”. Las 200.000 personas que han sido asesinadas en los últimos 15 años debido a la violencia desbordada y las oprobiosas acciones y lenguaje del Gobierno importan más que cualquier instrumento, cualquier ideología, cualquier profesión, cualquier cantidad de dinero y cualquier satisfacción o logro personal. Esos mismos niños están creciendo en un país que ya no es un sitio seguro para ellos, y es la responsabilidad de los líderes mostrar la verdad sobre la situación real en mi país.
Amo a los músicos de El Sistema. Muchos de ellos son mis amigos, y esto no tiene nada que ver con quitarle nada a ellos, pero los líderes tienen un deber moral de alzar la voz y arriesgar lo que sea necesario para enfrentarse a este dictadora que ahora nos tiene reprimidos.
Venezuela está incendiada y continuará quemándose hasta que los cubanos, el gobierno y sus beneficiarios dejen el poder. Les pediría que lean las noticias, pero no hay nada en las noticias. El alcance del gobierno es tal que el mundo se mantiene en silencio, ciego y sordo para nosotros.
Fuente: Venezuela al dia