Unos cien venezolanos radicados en México protestaron por la muerte de tres jóvenes y por la «represión» contra una marcha en su país, y exigieron al Gobierno de Nicolás Maduro frenar la «agresión» contra los manifestantes y los medios de comunicación.
Ante la embajada de Venezuela en la capital mexicana, los manifestantes mostraron banderas y pancartas, y corearon lemas como «Queremos paz y progreso, no violencia», «Respeto a la libertad de manifestación» y «Si no marchamos unidos, nos ahorcarán por separado».
Los participantes, principalmente jóvenes, expresaron sus críticas al Gobierno de Maduro y aseguraron que en el país suramericano se registra corrupción y saqueo de los recursos públicos, escasez de alimentos, alza de las tasas de criminalidad y desempleo.
Eduardo Mayorca, uno de los dirigentes convocantes a la manifestación, exigió al Gobierno venezolano suspender la política de intimidación en contra de cualquier expresión para exigir la paz y el progreso.
Mayorca dijo que los universitarios marcharon el miércoles en Venezuela de manera pacífica y fueron reprimidos, en hechos que dejaron tres muertos, decenas de heridos y 69 detenidos.
El dirigente afirmó que los grupos que agredieron a los jóvenes forman parte del oficialismo y fueron armados por las autoridades.
A su vez, Leonardo Ramos, del grupo Venezolanos Unidos en México, leyó un comunicado en el que condenó el «asesinato, secuestro y tortura» de estudiantes universitarios en Venezuela por parte del Gobierno de ese país.
Ramos exigió la liberación inmediata de los estudiantes encarcelados.
También pidió la restitución de la libertad de expresión para los medios de comunicación en Venezuela, debido a que «se ha impuesto una férrea censura por parte del poder».
Los manifestantes pidieron a la prensa dar a conocer la situación que vive el pueblo venezolano y aseguraron que en su país se están suspendiendo las libertades y se asesina a los estudiantes.
Indicaron que en México hay una comunidad de cerca de 30.000 venezolanos, de los cuales 20.000 residen de manera permanente y los restantes 10.000 son una población flotante.
En Venezuela, el ministro del Interior, Miguel Rodríguez, acusó a a políticos de oposición y activistas de la sociedad civil de estar detrás de un plan para sumir al país en un espiral de violencia. EFE