Los centros penitenciarios de el país son consideradas por las autoridades y organismos de derechos humanos «bombas de tiempo» y «universidades del crimen», desde las que operan temibles bandas o pandillas, algunas de ellas ligadas al narcotráfico y el crimen organizado
TEGUCIGALPA. Las autoridades hondureñas han ordenado cortar el servicio de telefonía móvil en las cárceles en un intento de reducir la violencia en el país porque los pandilleros usaban ese medio para sus actividades en el exterior y ajustar sus cuentas.
La ordenanza mediante la cual ha sido cortada la telefonía móvil a los reclusos de las 24 cárceles del país, se terminó de cumplir el pasado jueves, un día antes de que venciera el plazo que el gobierno que preside Juan Orlando Hernández le dio a las dos compañías que controlan el servicio.
Las cárceles de Honduras son consideradas por las autoridades y organismos de derechos humanos «bombas de tiempo» y «universidades del crimen», desde las que operan temibles bandas o pandillas, algunas de ellas ligadas al narcotráfico y el crimen organizado.
Entre la población penitenciaria, principalmente en las cárceles de Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país, las más temibles son las pandillas «M-13», conocida como «Mara Salvatrucha», y la «M-18».
Ambas «maras», según la Policía Nacional, dirigen sus crímenes desde la prisión utilizando teléfonos móviles, aparatos que ya superan en número los 8,5 millones de habitantes que tiene Honduras.
AP