La imagen de un chico de cuatro años que cruzó solo el desierto que divide la frontera entre Siria y Jordania, ha dado la vuelta al mundo.
El pequeño Marwan fue fotografiado cuando se acercó al equipo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), para recibir ayuda, llegando sólo, sin sus padres, y cargando una bolsa plástica con sus pertenencias.
Andrei Mahecic, portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas, declaró que «el viaje a través del desierto puede durar de un día a varias semanas» y que «es altamente peligroso por la violencia y las bajas temperaturas a la noche en temporada invernal».
Aseguró que «el viaje es largo y exhaustivo, por lo que es imposible que el chico haya cruzado el desierto por sí solo. Creemos que Marwan se perdió durante la noche».
El responsable de ACNUR en Jordania, Andrew Harper, difundió la imagen de Marwan en la red social Twitter y ha dado la vuelta al mundo.
Los miembros de ACNUR asistieron al pequeño valiente al final de su travesía por el desierto y lo ayudaron a reunirse de nuevo con su familia, de acuerdo con un tweet de Harper.
Caso común
El caso del pequeño Marwan no es aislado. Cada día llegan a Jordania y Líbano niños sin sus padres procedentes de Siria.
Las cifras arrojadas por ACNUR a finales de 2013 registraron 1.320 menores en la misma situación y 2.440 en el Líbano.
María Jesus Vega, portavoz de ACNUR España, declaró al diario El Mundo que los padres de estos niños «pueden estar muertos o detenidos, o bien han enviado a sus niños solos al exilio porque no tienen dinero para pagar la travesía o porque ellos no pueden salir. Otros niños se pierden en la confusión de la huida».
ACNUR registra, identifica y busca familias de acogida para los pequeños mientras trata de encontrar a sus verdaderos padres gracias a la tecnología, mediante celulares y bases de datos que difunden las fotos de los pequeños para que estos no desaparezcan.
Agencias