Opositores y chavistas se preparan para una crucial jornada de protesta este martes con manifestaciones convocadas en el mismo sector de Caracas y la promesa de un dirigente radical opositor, prófugo de la justicia, de participar en la marcha, reseña AFP.
Ambas convocatorias llegan tras casi dos semanas de protestas de estudiantes iniciadas en rechazo a la inseguridad, inflación y desabastecimiento, a las que se sumaron sectores radicales de oposición y que la semana pasada derivaron en incidentes con saldo de tres muertos y decenas de heridos.
Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular y contra quien una jueza emitió orden de captura por los desmanes, rompió el silencio y en un video convocó una marcha hacia el ministerio de Justicia para dejar un pliego de peticiones.
«Si hay alguna decisión de ilegalmente meterme preso, pues allí estaré para asumir esa persecución», dijo en su video.
López, y otros dirigentes, impulsan bajo la consigna «la Salida» la táctica de ocupar las calles para oponerse al gobierno de Nicolás Maduro, electo en abril de 2013 y forzar un «cambio constitucional» pese a que no puede haber referendo revocatorio hasta abril de 2016.
Poco después de la convocatoria de López, el presidente Maduro –quien ha calificado las protestas como un intento de «golpe de Estado» con participación de Estados Unidos y el ex presidente colombiano Alvaro Uribe– anunció una marcha de trabajadores petroleros oficialistas en el mismo sector también para el martes.
Jorge Rodriguez, alcalde del municipio Libertador, donde se encuentra el ministerio de Justicia aseguró este lunes que ninguna formación política «ha solicitado absolutamente ningún permiso» y que por ello «no hay ninguna manifestación autorizada», enfatizó.
Estudiantes denuncian censura
Unos mil estudiantes marcharon este lunes pacíficamente por el acomodado sector este de Caracas hasta el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) para pedir fin a la censura después de que este ente regulador amenazara con sanciones para aquellos medios audiovisuales que hagan «promoción de la violencia».
«!Conatel cara de tabla, censuras y te callas» o «censura es dictadura», gritaban los manifestantes, una de las cuales, además, ofrecía flores a los policías antimotines que vigilaban la marcha.
La semana pasada, cuando los desmanes tuvieron un clímax, varias televisiones locales se abstuvieron de emitir imágenes de los disturbios, de acuerdo con la legislación venezolana.
El canal colombiano de noticias NTN24, que otorgó gran cobertura a los incidentes, fue retirado el miércoles de las dos redes de televisión por cable que lo distribuían en Venezuela por decisión del gobierno.
En la última semana las manifestaciones estudiantiles han sido marchas pacíficas durante el día. Pero al oscurecer, grupos de jóvenes han provocado desmanes en el sector este de Caracas, incluyendo ataques con piedras y cócteles molotov contra la televisora estatal VTV.
Nueva crisis con EEUU
Maduro, que dice ver la mano de Washington en la crisis, anunció la expulsión de tres funcionarios consulares estadounidenses, a los que imputó por reunirse con universitarios, y acusó al país norteamericano de injerencia en los asuntos internos de Venezuela.
El canciller Elías Jaua justificó el lunes la medida contra los diplomáticos, que tienen 48 horas para abandonar el país, por su participación en «la organización y promoción de estos grupos (estudiantiles) que hoy intentan generar la violencia en Venezuela».
Más tarde, el portavoz del departamento de Estado, Jen Psaki, calificó en Washington de «falsas y sin sustento» las acusaciones de Venezuela.
En septiembre Venezuela había expulsado a otros tres diplomáticos norteamericanos, entre ellos la encargada de negocios a cargo de la embajada. Y el 5 de marzo, horas antes de anunciar la muerte de Chávez, expulsó a dos agregados militares de esa embajada.
Washington y Caracas carecen de embajadores desde 2010, pero pese a sus distantes relaciones, Estados Unidos es el mayor comprador del petróleo de Venezuela, el mayor productor de crudo latinoamericano y el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
Varios gobernantes de la región han cerrado filas con Maduro. En el caso de Panamá su gobierno instó al diálogo entre los venezolanos.
Uruguay por su lado expresó la demanda del respeto a la legalidad y también de la libertad de expresión. Su presidente José Mujica, dio cuenta este lunes de la gravedad de la crisis.
«Las noticias que llegan no son para nada gratas», dijo Mujica al diario local La República, al destacar que espera «que los ánimos se pongan un poco más racionales».
AFP