Para lograr la paz es necesario el diálogo sincero y armónico de las partes involucradas, solo de ahí el amor nacerá y ofrecerá los mejores frutos a los hombres y mujeres que lo practican
Salomón Benshimol R. e-mail: sbemshomol@yahoo.com
En buscar de definir que es la paz, hoy hemos querido utilizar un fragmento del pensamiento de Juan Pablo II, quien el 1 de enero de 2004 dijo:
«Ante las situaciones de injusticia y de violencia que oprimen a varias zonas del planeta, ante la permanencia de conflictos armados con frecuencia olvidados por la opinión pública, se hace cada vez más necesario construir juntos caminos para la paz; se hace por eso indispensable educar en la paz. Hacer todo lo posible para superar la lógica de la estricta justicia para abrirse también a la del perdón. De hecho, ¡no hay paz sin perdón!»
Para poder definir ¿qué es el amor? Hemos querido recoger lo que nos dice Los Corintios 13:4-7:
“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
Después de leer lo anterior ¿podremos creer que realmente el actual régimen busca encontrar la paz y el amor en Venezuela? Pensamos y creemos que arremeter ferozmente y hablar en forma provocativa y desafiante aparentando mostrar un poder total y absoluto en vez de llevarnos a poder lograr la paz. Realmente sería imprescindible acogernos a lo dicho por el Beato Juan Pablo II y tener presente lo que nos dice la Biblia en los Corintios 13:4-7. También es necesario pensar que no se puede creer en la paz o en el amor de un solo sector ya que el mundo se encuentra diversificado en teorías, ideologías y formas de pensamientos dentro de libertad individual del hombre, no podrá haber ni paz ni amor mientras unos se crean dueños del país y la verdad, culpando a los otros de hechos que realmente no han sido comprobados, seguro estamos que esas circunstancias nos llevará a más muertes y desgracias y jamás saldremos de atolladero que hoy vivimos.
Por otro lado, debemos tener claro que las armas concedidas a los señores miembros de nuestra Fuerza Armada no fueron adjudicadas con el propósito de usarla contra el mismo pueblo que se las entrego con confianza, con amor y con esperanza, su destino debería ser mucho más sagrado ya que ellas deben constituir la gran fortaleza para garantizar la paz y el amor de nuestro pueblo y deben ser utilizadas para su defensa en caso de un evento de otras naciones. Nuestro Padre de La Patria el General en Jefe “Simón Bolívar”, expresó en su oportunidad, una frase que se podía reconocer como una profecía: “Maldito el soldado que levanta sus armas contra el pueblo que se las dio».
Es interesante creer y tener como cierto que el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional actuará en el momento preciso y castigará a todo aquel que haya faltado a su deber, aunque demuestre que fue una orden dada por un superior ya que los delitos son aplicables a quien los comete y no a quien los ordena.
Por último es importante señalar que para lograr la paz es necesario el diálogo sincero y armónico de las partes involucradas, solo de ahí el amor nacerá y ofrecerá los mejores frutos a los hombres y mujeres que lo practican. Dios permita que llegue pronto ese amor y esa la paz con el propósito que nunca más se tiña de sangre el territorio nacional.