**** Rubén Blades acompaña a Edgar Borges, ninguneado aquí en su país, en un conversatorio sobre música y literatura en “La Ciudad de los Rascacielos”
Nueva York desde el siglo XIX es la Meca de un grueso sector de la intelectualidad y el arte latinoamericanos o el máximo lugar de exhibición para sus variopintas expresiones culturales ¿por qué? Hay muchas respuestas, pero hay una sola realidad: todos miran a esa Ciudad Mall o ese conglomerado de algo más que rascacielos. Todos esperan lo que ahí suceda. Y es por eso que para el jueves 6 de marzo, a las 7pm, en la sede del Instituto Cervantes, se realizará un conversatorio sobre música y literatura, protagonizado por el panameño Rubén Blades y el venezolano Edgar Borges.
Sacrificio
-¿Cuál es su balance a siete años de su autoexilio en Europa?
-Es un balance donde sale ganando el aprendizaje humano. Este tiempo me ha permitido indagar en mí y en los otros. La distancia tiene sus ventajas. En el lado humano he aprendido que la única salida posible tanto de un individuo como de una sociedad es la ruta espiritual. Eso ya lo pensaba antes, pero ahora lo he vivido. Y es ahí cuando el arte se convierte en un medio público necesario para vincular a las personas con la salida espiritual, con la esencia, con lo que realmente somos. Estamos en un momento histórico donde de nuevo los creadores debemos, con nuestras obras y acciones, mostrar posibilidades cuando la realidad social se presenta cerrada. Hoy la política y casi todas las vías públicas se han deteriorado junto a esta maltrecha realidad, es un tiempo estelar para que el arte se sacuda del simplismo dominante y abra puertas. Debemos renunciar a la estupidez como barbarie social y recuperar nuestra ubicación ante el espacio y el tiempo. El intelecto no está divorciado de lo espiritual pero sí de lo estúpido. Por ahí va el balance de mi aprendizaje.
-¿Valió la pena tanto sacrificio?
-Valió la pena este aprendizaje. En términos personales se pierde pero también se gana. No es posible dar un paso sin perder algo del punto que dejas atrás; algo de ese todo que habitaba en el anterior paso. Para ello nos queda la memoria, para hacer balance, reconocer, desechar y caminar.
-¿Qué tiene Europa que no tenga Venezuela para el creador?
-Cada espacio, como cada ser humano, es diferente. Venezuela es mi punto de partida, es mi espacio inagotable. En Europa, y sobre todo con la actual crisis que se ha inventado el poder global para conquistar una forma de dominio superior, he aprendido a darle valor a los recursos propios y ajenos. En Venezuela debemos aprender a administrar con humildad los enormes recursos que nos da la naturaleza. Desde el punto de vista literario lo que más destaco de Europa es la gran cantidad de editoriales pequeñas y medianas que trabajan por la literatura. Y ahí está una historia literaria que siempre pone en alerta a nuestra memoria.
-¿Habría conseguido algo similar si se queda aquí? –
-No, imposible. En Venezuela, por ahora, no hay espacio para la ficción. Ni antes ni ahora se ha educado para la lectura de la ficción. Sin embargo, eso es un proceso lento y necesario para todo país. Sólo a través de la imaginación podemos liberarnos de los problemas que nos hacen peso. Pero esto no sólo ocurre en Venezuela, es justo decir que son pocos los gobiernos o los ministerios de cultura en el mundo que trabajan en beneficio de la imaginación de sus nacionales. La imaginación del electorado no es buena aliada de los políticos tradicionales.
Deuda con nuestros artistas
-¿Por qué los artistas e intelectuales venezolanos de todas las épocas han emigrado y son más los que fracasan que los que triunfan?
-Tenemos el caso de dos de los más grandes pensadores del siglo XIX: Simón Rodríguez y Andrés Bello. A ambos se les negó ofrecer su avanzado proyecto educativo dentro de nuestro país. Pero lo mismo ha ocurrido con muchos otros creadores. En Venezuela tenemos una gran deuda con nuestros artistas. Creo que, desde tiempos remotos, se sembró la idea de que el arte es un asunto de vagos a lo que sólo se puede acceder cuando el tiempo sobra. “No tengo tiempo para leer”, se acostumbra a decir, como si la lectura fuera un asunto sin importancia. El único plan educativo o cultural que necesita un país es el incentivo de la imaginación y de la sensibilidad. Lo contrario sería publicar por publicar, ocupar cargos por ocupar. Esta vieja y compleja realidad es lo que ocasiona que nuestro arte, sobre todo la creación literaria, sea poco conocida afuera. Quizá por eso le cueste tanto a nuestros creadores abrirse un espacio en el extranjero. No obstante, hoy somos varios los creadores venezolanos, de diversas disciplinas, que estamos trabajando sin pausa en distintos países. En la literatura, en el teatro, en el cine y en otras artes hay unos cuantos. Ya teníamos importantes representantes en las artes plásticas, pero ahora hay un conjunto más variado.
-¿Está contemplado el regreso?
-Seguro, el regreso a casa es una ruta pendiente. Regresaremos y fabularemos con la idea de que la abstracción de convierta en una vía hacia otras realidades.
Balance de un escritor
Cuenta Edgar Borges (Caracas, 1966) que su libro de crónicas “Vínculos. Apuntes sobre Rubén Blades” y la novela “La contemplación” es lo más reciente, pero antes tiene: “Mi novela «El hombre no mediático que leía a Peter Handke» (Ediciones En Huida) fue publicada en 2012 con buen éxito, de hecho saldrá en mayo de 2015 en italiano por la misma editorial que ha contratado mi obra completa: Lavieri Edizioni. Antes, en 2008, mi novela «¿Quién mató a mi madre?» (Ediciones Irreverentes) obtuvo el II lugar en el Premio Internacional de Novela Ciudad Ducal de Loeches de Madrid. En 2011 la editorial MilRazones publica mi libro «Crónicas de bar», que es una recopilación de mis crónicas publicadas por el diario asturiano El Comercio. Ahora, en 2014, además de Lavieri Edizioni, con quien firmé la edición al italiano de todas mis novelas; acabo de firmar contrato con Ediciones Carena, de Barcelona, quienes se encargarán de publicar mis novelas anteriores que vayan perdiendo derechos de otras editoriales y las nuevas. Ediciones Carena lanzará en septiembre de 2014 mi nueva novela «La ciclista de las soluciones imaginarias». Ediciones Carena llega a varios países de América Latina. Bien, este es un resumen de lo más importante que me han publicado en Europa. Por cierto, con «El Hombre no mediático que leía a Peter Handke» (diario novelado) obtuve la Beca de Residencia La Rectoría de Barcelona, eso fue en 2011 y la novela salió editada en 2012. Se trabaja”
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E.A. Moreno-Uribe
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