El mandatario, que gobierna con un alto índice de aceptación y mayoría parlamentaria, trastabilló en el intento de endosar su popularidad a los candidatos oficialistas y hoy digiere su trago más amargo después de haber aceptado el revés
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, encara por primera vez un revés electoral, como el que ya enfrentaron gobiernos aliados de izquierda, tras los comicios locales en que la dispersa oposición ganó las principales alcaldías agrietando su imagen de político imbatible, según analistas.
Correa aparece como el gran perdedor de la contienda al haber asumido directamente la campaña oficialista, y convertido la elección del domingo en un prematuro voto de confianza o censura a su gobierno tras ser reelegido el año pasado para un nuevo mandato que concluirá en 2017.
«Esto no debe afectar significativamente su gobierno, pero no va a dejar de pasarle factura ahora que ya no tiene esa imagen de invencible», afirmó el politólogo Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y autor de varios estudios de política comparada.
El mandatario, que gobierna con un alto índice de aceptación y mayoría parlamentaria, trastabilló en el intento de endosar su popularidad a los candidatos oficialistas y hoy digiere su trago más amargo después de haber aceptado el revés.
Apoyado en un fuerte liderazgo y los siete triunfos electorales que había cosechado desde su llegada al poder en 2007, Correa quiso posicionar la idea de que una derrota oficialista en los comicios locales comprometería el futuro de la «Revolución Ciudadana», el proyecto socialista que encabeza en sintonía con gobiernos como los de Venezuela, Argentina y Bolivia, aunque con marcadas diferencias económicas.
Tanto el kirchnerismo en Argentina como el chavismo en Venezuela han resbalado en comicios y gobiernan con la oposición administrando las capitales.
Encuestas a boca de urna y resultados oficiales preliminares adjudican una derrota a Alianza País, el partido fundado por Correa, en las principales ciudades del país, incluida Quito, bastión oficialista y donde el alcalde Augusto Barrera -un hombre muy cercano al mandatario- buscaba la reelección.
Las fuerzas de oposición de centroderecha lograron además retener la alcaldía de Guayaquil, su principal fortín, y conquistar las de Cuenca y Portoviejo, tercera y cuarta ciudades de Ecuador, y la de Manta, principal puerto pesquero.
Alianza País, que detentaba solo o en alianza la mayoría de gobiernos locales, también enfrenta resultados adversos en la elección de prefecturas (gobernaciones) claves de la Amazonía y del sur del país, donde existe una fuerte resistencia a sus planes petroleros y mineros.
Proyecto de Correa
no está agotado…
Sin embargo, el proyecto de Correa «no está de momento agotado. Lo que hay es una mezcla de voto contra el gobierno y de sanción a una gestión municipal», señaló a la AFP Manuel Alcántara, académico de la Universidad de Salamanca y editor del estudio Política y Elecciones en América Latina.
Lo que quedó en evidencia, agregó, es que el oficialismo «no ha avanzado nada en la construcción de un partido político de ámbito nacional», y eso explica «su debilidad en espacios donde es fácil articular propuestas opositoras».
Correa reconoció el domingo como «un doloroso revés» la pérdida de la alcaldía de Quito e insistió en su temor de que la capital se convierta en un foco de ingobernabilidad, aunque evitó hablar de un fracaso de Alianza País al asegurar que su partido ganó muchas alcaldías y al menos nueve de las 23 prefecturas.
«Tener estos remezones hace bien» porque «probablemente estamos cayendo en sectarismos, probablemente nos estamos durmiendo en los laureles», dijo Correa en una autocrítica que apunta a que el oficialismo prefirió los candidatos propios antes que sellar acuerdos en zonas donde no era fuerte.
El presidente «planteó estas elecciones como un apoyo o rechazo a la Revolución Ciudadana, pero debió cambiar radicalmente de discurso (después de conocer los resultados) porque se dio cuenta del error que esto significaba», opinó Pachano.
¿Reforma constitucional
en busca de la reelección?
Daniel Montalvo, director del Centro de Estudios Globales de la Universidad San Francisco de Quito, coincide con Pachano en que Alianza País demostró que no es una fuerza consolidada, lo que desde ahora abre interrogantes sobre el futuro de la «Revolución Ciudadana» de cara a las presidenciales de 2017, en las que Correa está impedido por ley de buscar un nuevo período.
El mandatario ha descartado promover una reforma constitucional que le permita ir por la reelección, aunque Pachano considera que los recientes resultados podrían llevarlo a examinar la posibilidad.
«En cuanto a la oposición todavía lo hace relativamente bien en espacios limitados (…) pero hoy le resulta una tarea muy compleja configurar un bloque nacional» con miras a los comicios de 2017, sostuvo el académico Manuel Alcántara.
Héctor Velasco / AFP