La paz será el único camino que nos conducirá a la participación activa en la construcción del futuro
José Gregorio González Márquez
caminosaltair@hotmail.com
Quienes promocionan la violencia en el país tienen objetivos definidos. No se trata de manifestaciones espontáneas ni de protestas pacíficas. El trasfondo está enmarcado en un golpe de estado «manitas blancas», por demás lento y letal. No son simples desmanes, son las facetas del fascismo con sus múltiples tentáculos. La violencia de los últimos días con el protagonismo de estudiantes, esconde tras las sombras el mezquino interés de la oligarquía, el filofascismo y el imperio por acceder al poder.
Pero, no queda sólo en intentar arrastrar a sus correligionarios para generar zozobra en la calles de Venezuela. La verdadera intención es generar una guerra civil que enfrente la sociedad desde su corazón y se destruyan las relaciones sociales. Las consecuencias serían impredecibles, heridas que jamás se curarán.
A los Estados Unidos y sus acólitos no les interesa mantener cerca de sus fueros gobiernos progresistas. La redistribución equitativa de la riqueza produce felicidad en el pueblo y rencor en los capitalistas que se dedican a explotar sin contemplaciones a los ciudadanos del mundo. La miseria humana se esconde en el modelo político que pretenden imponer desde la derecha venezolana.
Dicen luchar por la libertad pero agreden a toda la población. Se escudan en una supuesta represión pero atacan sin piedad a quien ose enfrentárseles. Cuentan con la complicidad de la mediática nacional e internacional para ocultar sus desmanes, persistien en sembrar el terror y desconocer los derechos colectivos de la población. Plantean una salida violenta, una guerra civil que desate los odios acumulados en sus mentes disociadas y que pregonan la intolerancia.
La paz será el único camino que nos conducirá a la participación activa en la construcción del futuro. La Revolución Bolivariana está comprometida con el bienestar de los venezolanos. Merecemos vivir en armonía y paz así estamos obligados a enfrentar la conspiración para sentar las bases de la convivencia nacional. Defendamos el poder popular para garantizar nuestro derecho a vivir en tranquilidad.