Sirve para librarse del olor con el que algunos productos de limpieza o alientos como el ajo impregnan las manos
Ya sea solo, cortado o con leche, el café es desde hace siglos una de las bebidas más populares de occidente. Tomado con moderación, nadie discute los efectos positivos de una humeante taza de esta bebida a la hora de estimular el sistema nervioso.
Reductor de estrías y flacidez: Todas las cremas de belleza que aseguran combatir estos problemas de la piel poseen la cafeína como ingrediente común. Por ello, una forma económica de preparar un tratamiento anticelulítico casero consiste en mezclar café en polvo ya usado con aceite de coco. La pasta resultante se frota sobre la piel con movimientos circulares durante unos minutos y luego se enjuaga.
Repelente de hormigas: Para conseguir que las hormigas dejen de merodear por diversos rincones del hogar basta con espolvorear un poco de café usado en la cafetera y seco por las zonas donde suelen transitar estos insectos.
Exfoliante de la piel: Las mismas propiedades que permiten al café reducir la celulitis lo convierten en ideal para alisar y estirar la piel. La textura del café molido aplicado con un suave masaje, retira las células muertas de la epidermis.
Potenciador del brillo del cabello: Con frecuencia, esta bebida es recomendada como un tratamiento sencillo y natural para lograr un pelo más brillante. Para ello basta con preparar una o dos tazas de café fuerte. Una vez que esté frío se aplica sobre el pelo, unos veinte minutos después del lavado habitual.
Elimina olores de las manos: Para librarse del olor con el que algunos productos de limpieza o alientos como el ajo impregnan las manos no hay más que coger un puñado de café usado y frotarlo por toda la mano, antes de enjuagar con agua tibia.
Tinte natural: Los pigmentos naturales que confieren su característico color a esta bebida permiten que pueda ser usada para teñir tela, papel e incluso el cabello.
Agencias