Angel Vivas, dado de baja del Ejército tras su negativa a repetir el slogan «Patria, Socialismo o muerte», es señalado por el presidente Maduro como el presunto responsable de la muerte de un joven de 29 de años degollado con una guaya en una guarimba en Caracas, por lo que ordenó su captura, lo que no pudo cumplir la Dirección General de Contrainteligencia Militar
El general retirado Angel Vivas, un reconocido opositor del gobierno, se atrincheró el domingo durante varias horas en su casa de la urbanización Prados del Este con un fusil de asalto para evitar ser detenido por presunta instigación a la violencia, en momentos en que las protestas han dejado 11 muertos.
«Me quieren meter preso; no lo acepto», declaró el militar retirado a los reporteros congregados afuera de su casa. Sus abogados señalaron que personal de inteligencia militar intentaron el procedimiento sin orden de aprehensión.
Vivas, de 57 años, permaneció dentro del área de su vivienda, portando un fusil AR-15 y un chaleco blindado, luego de que varias decenas de miembros de la Dirección de Inteligencia Militar arribaron antes del mediodía con la intención de detenerlo.
El alto oficial, dado de baja del Ejército tras su negativa a repetir el slogan «Patria, Socialismo o muerte», es señalado por el presidente Maduro como instigador de hechos de violencia y ordenó su captura, lo que no pudo cumplir la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Se armó con un fusil y dijo que «me sacaran muerto»
Una comisión de la Dirección General de Contrainteligencia Militar DGCIM, acudió este domingo a la calle Maracaibo de la urbanización Prados del Este, en Caracas, con una supuesta orden de allanamiento y una de aprehensión contra el general de Brigada retirado del Ejército, Ángel Vivas Perdomo que no pudieron ejecutar debido a que según sus abogados carecía de carácter legal.
A la 1:30 de la tarde, dos camionetas negras identificadas con las siglas de la DGCIM llegaron a la calle Maracaibo, con un grupo de unos 12 efectivos de este organismo, con la intención de realizar la visita domiciliaria.
De inmediato, el propio general retirado difundió a través de de su cuenta en Twitter mensajes informando que funcionarios intentaban ingresar a su domicilio: “Que Venezuela y el mundo lo sepa, cubanos junto a esbirros venezolanos atacan mi casa en Prados del Este Calle Maracaibo Quinta Blanquizal”, colocó a la 1:30 p.m.
Más tarde, Ángel Vivas, salió desde un azote de su residencia vistiendo un chaleco antibalas blanca y portando un fusil. Desde su residencia aseguró que no estaba dispuesto a entregarse a las autoridades que a su juicio atendían a órdenes del gobierno cubano y al Estado traidor.
Los abogados de Vivas, José María Zaa y Milagros Perdomo, se presentaron en la residencia quinta Blanquizal, donde se entrevistaron con los funcionarios que pretendían ejecutar la aprehensión del militar retirado, pero explicaron que dichos documentos impresos a computadora en una hoja de papel, no eran emitidos por ningún órgano con el carácter legal para dicho procedimiento.
La abogada Milagros Perdomo dijo que les informó que de esta manera no era procedente el ingreso de los funcionarios y mucho menos, la orden de captura en contra de Ángel Vivas. “Era una supuesta orden donde un tribunal ordenaba su captura por estar implicado en homicidio y un montón de delitos más, por la muerte de un joven que perdió la vida días atrás, al impactar contra una guaya en la vía del municipio Sucre”, dijo.
Por su parte, José Zaa aseguró que el general no estaba dispuesto a enfrentar un juicio en su contra privado de libertad, por cuanto eso sería aceptar que era culpable de un delito que no cometió. “Si este gobierno no toma conciencia de lo que está haciendo y no realiza un procedimiento legal, con una previa citación del general para que asista con su abogado ante un tribunal él no va aceptar esta orden anticonstitucional e ilegítima, porque a él no puede llevarse de su casa de esta manera como si hubiera cometido un delito y haya sido detenido en flagrancia2, aclaró.
Tras la partida de los funcionarios, alrededor de las 4:00 de la tarde, el militar retirado se asomó una vez más en el área externa de su residencia, desde donde con un megáfono agradeció el apoyo de sus vecinos. Dijo que no estaba dispuesto a someterse a una persecución en su contra y mucho menos a violar su juramento como general del Ejército, cuando fue juramentado.
AA