La principal asociación de empleadores venezolana, Fedecámaras, rechazó hoy la decisión del Gobierno de dar vacaciones los días 27 y 28 de febrero, dando en Venezuela seis días consecutivos de asueto lo que va en contra, dijo, de las soluciones al desabastecimiento que vive el país.
«Un país no sale adelante con días festivos, sino trabajado, trabajando y trabajando más. Las decisiones que toma el Gobierno en materia de orden político van en contra de las soluciones al desabastecimiento de los venezolanos», declaró el vicepresidente del gremio empresarial, Carlos Larrazábal, quien además pidió reconsiderar la decisión.
Maduro decretó días no laborables el jueves y viernes próximos, lo que sumado al sábado y domingo y a los festivos legales por carnaval, el lunes y martes próximo, dan los seis días que Fedecámaras añade a los de actividades restringidas o suspendidas por las manifestaciones que se repiten este mes en contra del Gobierno.
Además, la reanudación de las actividades del 5 de marzo se verán afectadas por los diversos actos que prepara el Gobierno de Maduro para recordar el aniversario de la muerte de su antecesor Hugo Chávez tras 14 años de gestión (1999-2013).
«Ya van dos semanas con problemas de distribución con las protestas», apuntó Larrazábal, en alusión a las marchas y manifestaciones contrarias al Gobierno, que oficialmente han ocasionado 13 muertes directas y 30 indirectas por supuesta falta de auxilio médico derivado de esos bloqueos en las barricadas.
Estos seis días sin actividades, previó el dirigente empresarial en declaraciones a la emisora caraqueña Unión Radio, efectivamente contribuirán a la escasez de productos que vive el país por «fallas adicionales a la fabricación, manufactura y distribución».
«Seis días sin trabajo (…) cuando vemos los anaqueles (de los supermercados) vacíos, meterle seis días sin trabajo es delicado; llamo a la reflexión para que esta medida sea reconsiderada», exhortó el representante patronal.
El descanso el jueves y el viernes servirá, según lo decretado por Maduro, para conmemorar los 25 años de la revuelta popular conocida como «el Caracazo» que dejó cientos de muertos y que para los seguidores del chavismo marcan el inicio de la Revolución Bolivariana.
El 27 de febrero de 1989 comenzó en las barriadas populares de Caracas una revuelta popular en rechazo a las alzas de precios y tarifas exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fue sofocada a tiros por militares y policías.
El parte oficial de entonces cifró en unos 300 los muertos, mientras versiones de prensa estimaron en hasta 3.000 las víctimas que dejó la represión entre el 27 y 28 de febrero de 1989 durante el segundo Gobierno del entonces presidente, Carlos Andrés Pérez.
Este suceso fue el que el fallecido Chávez enarboló como bandera para encabezar, tres años después, un intento de golpe de Estado en contra de Pérez, cosa que lo sacó del anonimato y le abrió el camino a la Presidencia. EFE