Joanna Dennehy, de 31 años, fue descrita por el juez Robin Spencer como una «asesina en serie cruel, calculadora, egoísta y manipuladora».
Durante la lectura de la sentencia, la asesina sonrió, charló con sus coacusados -tres hombres que la ayudaron a desprenderse de los cadáveres- y miró con condescendencia al juez, según medios británicos.
Dennehy asesinó a cuchilladas a Lukasz Slaboszewski, de 31 años, con quien acababa de empezar una relación, a Kevin Lee, de 48, que era su amante, jefe y arrendatario, y a John Chapman, de 56, un compañero de piso.
Los asesinatos tuvieron lugar en el área de Peterborough, unos 120 km al norte de Londres, en un periodo de 10 días.
«En el espacio de diez días, usted asesinó a tres hombres a sangre fría. Aunque se declaró culpable, dejó bien claro que no tenía remordimientos», dijo el juez.
Además, la mujer trató de asesinar a otros dos hombres que paseaban a sus perros y con los que no guardaba relación alguna.
«Milagrosamente, sobrevivieron», dijo el juez Spencer.
Según el magistrado, la mujer dijo a los psicólogos: «maté para ver como me sentía, para ver si era tan fría como pensaba que era, luego se volvió apetecible».
AFP