El canciller Elías Jaua, afirmó en Brasilia que Venezuela «no es un país de bárbaros» y que la mayoría de su población «desea vivir en paz», pese a que hay «facciones violentas» que pretenden sembrar el «caos» y «derrocar» al Gobierno de Nicolás Maduro.
Jaua llegó a la capital brasileña procedente de Montevideo, en el marco de la gira que emprendió por Suramérica para presentar la posición del Gobierno frente a la crisis que vive el país.
En rueda de prensa, explicó que fue recibido a medianoche por el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, de quien aseguró que le reiteró el respaldo del Gobierno de Dilma Rousseff al proceso democrático venezolano y su condena a la violencia desatada en las protestas que se suceden en Venezueladesde hace más de dos semanas.
Según Jaua, Figueiredo también fue «receptivo» en cuanto a la propuesta venezolana de convocar a una cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para debatir la crisis en que está inmerso el país.
Jaua indicó que formalizará esa propuesta hoy mismo en Surinam, que detenta la presidencia rotativa de la Unasur y hacia donde viajó tras su rápida visita a Brasilia, que siguió a las que realizó en los últimos dos días a Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay.
«La Unasur ya demostró ser un mecanismo muy eficiente para la defensa de la democracia», afirmó Jaua, quien citó la actuación de ese organismo durante crisis políticas desatadas en los últimos años en Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Como hizo a lo largo de su actual gira, Jaua entregó a Figueiredo un informe sobre «los antecedentes y las causas de la agresión» que, según afirmó, nació de unas «facciones violentas» de la oposición vinculadas al partido Voluntad Popular y a su líder, Leopoldo López, quien fue arrestado la semana pasada.
Según Jaua, tanto López como Voluntad Popular «tienen una historia de agresiones de larga data» y han participado en «ataques periódicos a la democracia» venezolana desde que en 1999 llegó al poder el fallecido líder bolivariano Hugo Chávez.
«Ahora han escogido otra vez el camino de la violencia», pero contra el Gobierno de Nicolás Maduro, que «tiene solamente 10 meses en el poder» y cuyo movimiento ganó en el 75 por ciento de las alcaldías del país en las elecciones de diciembre pasado.
El canciller aseguró que «esas facciones neofascistas y violentas se equivocan», porque «Venezuela no es un país de bárbaros», sino «una nación democrática y pacífica», lo cual «se comprueba» con el hecho de que «las grandes mayorías no han caído en la provocación».
Jaua reiteró sus críticas a Estados Unidos, a cuyo Gobierno acusó de haber «condenado a priori» a Venezuela por los sucesos de los últimos días y de negarse a reconocer que el presidente Maduro se ha limitado a «cumplir con su deber de preservar la ley y el orden».
También insinuó que Estados Unidos podría estar «detrás de un coro inédito de artistas» que ha condenado al Gobierno venezolano en el marco de la ola de protestas, que ya ha causado al menos 15 muertes y dejado a unas 150 personas heridas.
«Muchos de esos artistas tal vez ni saben dónde queda Venezuela», aseguró Jaua, quien retó a la prensa a averiguar «quién activa a las estrellas de Hollywood» para opinar sobre lo que sucede en su país.
También criticó lo que consideró como un «doble rasero» de muchos medios de comunicación, y citó en ese sentido la «represión brutal» que en su momento sufrieron los activistas del movimiento Ocupa Wall Street en Nueva York.
«En aquel momento hubo un enorme silencio mediático, pero ahora todos critican lo que pasa en Venezuela», afirmó.
En ese marco, dijo que «muchos países recomiendan diálogo» pero no reconocen que el Gobierno de Maduro intenta propiciarlo, pese a que los «violentos de la oposición» se niegan a participar.
Citó como ejemplo la Conferencia de Paz convocada por Maduro el pasado miércoles, a la que asistieron «los empresarios agrupados en Fedecámaras, representantes de todas las iglesias y los dueños de los medios de comunicación», entre muchos otros.
«Pero no estuvo la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)», la cual congrega al grueso de la oposición venezolana, indicó.
Según el canciller, algunos los líderes de la MUD no asistieron porque respaldan la «línea violenta impuesta por una minoría», pero otros se ausentaron «por temor al linchamiento que pudieran sufrir» por parte de esos grupos si aceptaran dialogar con el Gobierno. EFE