En la ciudad sureña rusa de Rostov-on-Don, Yanukovich dijo a periodistas que «mafiosos nacionalistas, pro-fascistas» lo habían forzado a dejar el poder
El destituido presidente ucraniano Viktor Yanukovich, quien apareció en público por primera vez desde que huyó a Rusia, dijo el viernes que no abandonará la lucha por el futuro de su país.
En la ciudad sureña rusa de Rostov-on-Don, Yanukovich dijo a periodistas que «mafiosos nacionalistas, pro-fascistas» lo habían forzado a dejar el poder, a la vez que culpó de la crisis a Occidente por «permitir» que los manifestantes buscaran su destitución.
El ex electricista de 63 años dijo que la anarquía y el caos se habían desatado luego de un acuerdo que firmó con sus opositores el viernes pasado, que fue patrocinado por la Unión Europea y buscaba poner fin a tres meses de crisis.
El acuerdo le hubiera permitido seguir en el poder hasta las elecciones anticipadas de diciembre. Pero manifestantes, molestos por la muerte de unas 100 personas en enfrenamientos con la policía, protestaron contra el acuerdo en la Plaza de la Independencia de Kiev y Yanukovich huyó por su vida.
Yanukovich, vestido de traje y corbata, negó que hubiera ordenado a la policía disparar contra los manifestantes antes de ser destituido.
Insinuó que la responsabilidad por el baño de sangre en Kiev era de los manifestantes, elogiando a la policía antidisturbios Berkut -despreciada en la capital ucraniana y desde entonces disuelta por los nuevos gobernantes de Ucrania- por su «coraje» para resistir ataques con bombas molotov de las personas que protestaban.
«Quiero pedir perdón a todos los que están sufriendo y a todos los que sufrieron (…) si estuviera en Ucrania me inclinaría ante todos», agregó.
Agencias