La prevención en sanidad mental es una las vías para vivir en una sociedad de orden público y de paz, que debe iniciarse mediante instrucción cívica a partir de los siete años de edad, con el establecimiento del padrón de residencia y complementándose, con la Ley de Sanidad Psicosocial
Cesáreo José Espinal Vásquez cjev@cantv.net
He estado insistiendo por ser de urgencia y fundamental, sea sancionada la Ley de Sanidad Psicosocial, que es diferente en sus fines a la Ley de Salud, porque sanidad es prevención y la salud es curación. El DDT, por ejemplo, es de sanidad, se utilizaba en lo campos con el objeto evitar el paludismo por la picada del anopheles, asimismo, es la vacuna antivariólica y la triple viral (SRP), para prevenir estas enfermedades, es de sanidad, por lo que existe diferencia en el proceso curativo de la salud con el sistema preventivo de sanidad.
Esta consideración entre sanidad y curación, nos lleva al análisis sumamente alarmante de los índices de participación de menores de edad en delitos. En estos días dos muchachos de 14 y 17 años de edad, asesinaron con brutal ferocidad y nocturnidad a dos ancianos religiosos, salesianos educadores del Colegio Don Bosco de Valencia. Esto por lo mas reciente, pero es triste tanto por las víctimas como por los crímenes cometidos por niños y adolescentes quienes hace quince años estaban gateando. Es insostenible esta gravísima situación que no deberá pasar al olvido después de los ocho días de rezo o cuando otro delito apañe al anterior.
En reciente artículo de mi respetable profesor y amigo Elio Gómez Grillo, en su columna “Hora de Audiencia”, define como siempre en su preclara docencia, “El Psicoanálisis criminal”, estableciendo que más allá del lombrosiano y del complejo de Edipo, “existen sujetos que tienen una criminalidad latente, que cometen el delito con la finalidad inconsciente de sufrir una sanción. El delito en si no sería sino un medio, un pretexto, para merecer una pena”. Este criterio del maestro, ha sido notorio en crímenes en nuestro país, cuando el victimario, es detenido y confiesa, diciendo que lo hizo “porque se puso cómico” y entra a la cárcel abrazado por sus pares con olímpica aceptación del delito para purgar su penalidad, liberándose de su “itercriminis”.
Estos criminales latentes no deben ir a la cárcel, porque lamentablemente no aceptan su rehabilitación, sino a “Centros de observación de conducta mental”, sin límite de tiempo, bajo estudio personalizado periódicamente.
La prevención en sanidad mental es una las vías para vivir en una sociedad de orden público y de paz, que debe iniciarse mediante instrucción cívica a partir de los siete años de edad, con el establecimiento del padrón de residencia y complementándose, con la Ley de Sanidad Psicosocial.
Es digno de aplausos “el proyecto Alcatraz”, iniciado en el 2003, cuya misión es “erradicar la delincuencia sin violencia”, de la Fundación Santa Teresa.
La Ley de Sanidad Psicosocial, tendrá como objeto la prevención sanitaria de la conducta social de las personas, desde la edad escolar mediante un test que los psiquiatras y psicólogos determinarían acorde con su lugar o hábitat, estableciendo la orientación social y la conducta mental y expedirse anualmente, a nivel municipal, no solamente para escolares sino para todos los ciudadanos, el deber de poseer el “certificado de sanidad psicosocial”.