Convulsionada por un mes de protestas, Venezuela conmemora este miércoles el primer aniversario de la muerte de Hugo Chávez, con un desfile en el que se anticipa se exhibirá moderno armamento y una ceremonia en el cuartel donde yace el carismático líder y desde el que se domina Caracas.
A un año de la muerte del «Comandante Supremo», víctima de un cáncer a sus 58 años, la figura, el rostro o los ojos pintados del carismático líder acompañan a los venezolanos desde calles, edificios públicos y vallas en cada rincón del país.
Desde hacía semanas el gobierno venezolano anticipaba la asistencia a Caracas de varios jefes de Estado y gobierno con los cuales Chávez a lo largo de los años anudó alianzas basadas en afinidades ideológicas de un discurso antimperialista, apoyado por una activa petrodiplomacia.
Sin embargo, ninguna lista de visitantes fue suministrada hasta este martes por el gobierno, habitualmente poco locuaz en cuanto a movimientos de autoridades, y cuya discreción se acentuó en el marco de un mes de protestas que han dejado 18 muertos, cientos de heridos y denuncias de violaciones de derechos humanos.
Únicamente el líder sandinista nicaragüense, Daniel Ortega, y el presidente boliviano, Evo Morales, habían confirmado –desde sus respectivos países– su asistencia.
«Tenemos que salir ya para Venezuela porque tenemos (que participar en) el aniversario» de la muerte de Chávez, dijo este martes Ortega, un cercano aliado de Venezuela y cuya familia anudó estrechos lazos de amistad con la del fallecido expresidente, que gobernó de 1999 a 2013.
«Nos ausentamos a Venezuela para acompañar al presidente hermano Nicolás Maduro, a su gobierno, y al pueblo venezolano que a la cabeza del hermano Chávez recuperó sus recursos naturales, el petróleo», dijo Morales.
Un sitio de peregrinación
El féretro de Chavez está en el Cuartel de la Montaña, una instalación militar desde cuya explanada se domina con una vista panorámica Caracas, y especialmente el cercano Palacio de Miraflores.
Ese cuartel, devenido sitio de peregrinación de la iconografía chavista, fue el centro de comando desde el cual el teniente coronel Hugo Chávez, delgado, en traje de combate y con su boina roja de paracaidista, lideró el frustrado golpe de estado del 4 de febrero de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez.
Hoy una guardia de honor permanece alrededor del féretro, junto a grandes fotografías del líder, infografías que muestran su línea de vida y los hechos salientes de su carrera y grabaciones de Chávez entonando el himno nacional.
El cuartel de la Montaña es un sitio de peregrinación, pero sólo de modo semipermanente, ya que con regularidad es cerrado para tareas de mantenimiento y embellecimiento. Y no solamente los venezolanos asisten al cuartel, enclavado en el «barrio» 23 de enero, uno de los principales búnkeres del chavismo.
Un desfile con músculo
Las ceremonias del miércoles comenzarán con un desfile cívico militar en el extenso Paseo de los Próceres, en el cual se anticipa que el gobierno aprovechará para exhibir su aceitado y moderno equipamiento militar remozado al costo de varios miles de millones de petrodólares.
Desde hace días, Caracas, mientras sobrellevaba los inconvenientes de marchas, protestas, bloqueos de calles y gases lacrimógenos, fue testigo del sobrevuelo persistente de los cazas supersónicos Sukhoi-30, una de las joyas de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
La oposición calificó esos sobrevuelos como actos intimidatorios, pero el gobierno respondió escuetamente que constituían los ejercicios para el desfile del 5 de marzo.
Venezuela, además de los cazas Sukhoi y unidades navales, ha comprado blindados T-72, helicópteros de transporte militar y de combate y sistemas misilísticos, entre ellos los Pechora, con rampas de lanzamiento móvil.
Pero además del desfile y la ceremonia, habrá otro «plato fuerte», como lo es el estreno mundial del film documental «Mi amigo Hugo», dirigido por el estadounidense Oliver Stone, y que será difundido la noche del miércoles por la cadena televisiva multiestatal Telesur, se informó oficialmente.
La película de 50 minutos es una recopilación de testimonios, incluido el de Stone, de familiares, amigos, intelectuales y políticos. «Espero que estas entrevistas juntas den una idea del amor, de lo mucho que lo extraña su pueblo», dijo Stone en una entrevista con Telesur.
AFP