La sala de espera del consultorio del doctor Eric Topol es bastante típica. Aquí, lo atípico es este cardiólogo, genetista e investigador estadounidense que no receta medicamentos a sus pacientes.
De hecho, su principal herramienta de trabajo es su teléfono. Y sus prescripciones son aplicaciones para los dispositivos inteligentes.
Al doctor Topol le interesa más «curar» a sus pacientes con aplicaciones y dispositivos. No importa el diagnóstico, este especialista intentará buscar un dispositivo que lo ayude a llevar un control desde casa.
Una tarea que parece ser cada vez más fácil, pues actualmente existen decenas de miles de aplicaciones para los teléfonos que pueden llevar un registro de cualquier cosa y cada cosa sobre nosotros.
De hecho, se estima que cada semana salen al mercado cientos de aplicaciones para la salud.
Desde el celular
En la visita que le hizo el doctor y presentador del programa Horizon de la BBC, Kevin Fong, Topol inició la consulta con un cardiograma hecho desde su teléfono.
«Nunca he visto a un médico que revise los posibles signos de infarto con poco menos que su celular», comenta Fong.
Topol practica lo que predica. Utiliza un sensor con micro agujas, del grosor de un cabello, que implanta bajo la piel para medir constantemente los niveles de azúcar en la sangre.
«Como lo llevo encima, puedo monitorear mi glucosa cada minuto», señala Topol del centro Scripps Health en San Diego, California.
Ahora sus niveles están en 91. Pero además puede saber cómo ha estado en las últimas horas, pues se actualizada por minuto.
Este dispositivo puede cambiar la vida de las cada vez más personas que sufren diabetes, pues elimina la necesidad de pincharse los dedos.
En promedio, se estima que una persona mira su teléfono unas 150 veces al día.
«Ahora puedes ver tu teléfono y preguntarte ‘¿puedo comerme esa galleta o ese pedazo de torta?’ Porque si lo hago, mi glucosa aumentará a 1860 o 180», explica el especialista. «Y empiezas a darte cuenta de cómo tu cuerpo responde a las porciones de comida, al ejercicio… realmente cambia tu estilo de vida, al menos lo hizo conmigo».
Así que Topol receta aplicaciones. «Nombra la enfermedad, que nosotros conseguimos la aplicación que coincida con ella», agrega el especialista.
«Así es como te supervizas tu sólo. Esto va a cambiar la atención médica», agrega.
Pacientes con control
Esto quiere decir que la información va directamente al paciente, no al doctor.
«Después de visitar a este doctor del futuro, en vez de salir con pastillas, salimos con algo mucho más importante: información que es imposible de negar», comenta Fong.
Gracias a las aplicaciones, las personas tienen la oportunidad de saber cada detalle médico. Algo, que para Topol puede cambiar completamente la medicina.
«Con toda esta transformación, Eric (Topol) espera que podamos incluso detectar los problemas más serios antes de que sea demasiado tarde», agrega.
«Prevenir un infarto con este tipo de información, para mí es lo más emocionante», dice por su parte Topol.
Al utilizar monitores que estén llevando un registro constante de todo, se podrían evitar, o incluso erradicar, los ataques de asma.
«Podrías monitorear la cuenta de polen, la calidad del aire y la reacción del pecho mucho antes de que la persona sienta un jadeo o tenga dificultades para respirar», agrega el experto.
¿Es el doctor Eric Topol un pionero de lo que será la medicina del futuro? Fong no lo duda.
Para las personas con enfermedades importantes o con riesgo a desarrollar un trastorno grave, el que tengan un implante más pequeño que un grano de arena, que en esencia no tiene ningún riesgo, será algo común, comenta Topol.
Hoy en día, se puede monitorear los aspectos más fundamentales y al mismo tiempo menos vistos de la vida de una persona.
No obstante, ¿estamos preparados para recibir tanta información? ¿O es algo que debe seguir en las manos de los especialistas?
BBC