Salvador Sánchez Cerén, candidato de la izquierda gobernante en El Salvador y favorito para las elecciones del domingo, podría convertirse en el primer exguerrillero en ocupar la presidencia de su país, a los 69 años y dos décadas después de dejar el fusil.
Actual vicepresidente, Sánchez Cerén, conocido por su seudónimo de guerra Leonel González, fue uno de los cinco comandantes que encabezaron al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) que en la década de 1980 se enfrentó al ejército gubernamental.
En la primera ronda electoral del 2 de febrero, el aspirante del FMLN obtuvo un 48,93% de los votos, contra 38,96% de su principal rival, el alcalde derechista de San Salvador, Norman Quijano, a quien enfrentará el domingo en segunda vuelta.
De ganar la silla presidencial, asumirá la comandancia general del Ejército al que combatió, acompañado en la vicepresidencia por otro excomandante rebelde, Óscar Ortiz, el popular alcalde de Santa Tecla, una ciudad vecina a San Salvador.
Locuaz y encendido en sus discursos de plaza pública pero parco ante las cámaras, Sánchez Cerén ha sido vicepresidente del primer gobierno de izquierda de El Salvador, encabezado desde 2009 por el periodista Mauricio Funes.
Desde esa posición se proyectó con programas de apoyo a la educación, especialmente el llamado «Paquete Escolar», que distribuye útiles, uniformes y zapatos a niños pobres de escuelas públicas.
«Nos hemos ganado el derecho de gobernar cinco años más», proclama, al destacar la lucha contra la pobreza, actualmente del 40,7% de los 6,2 millones de salvadoreños, seis puntos menos que antes de 2009, según el PNUD.
Carlos Mario Márquez / AFM