El gobierno de Panamá rechazó este viernes que sea «lacayo» de Estados Unidos, como lo tildó Caracas, por haber presentado en la Organización de Estados Americanos (OEA) una propuesta de diálogo para superar la crisis venezolana, según el canciller panameño, Francisco Álvarez De Soto.
«Rechazamos categóricamente que se nos acuse de ser lacayos de nadie. Nosotros no hemos actuado por presión de nadie ni por instrucciones de nadie», aseguró Álvarez, en una entrevista al canal TV.
Panamá «jamás ha pretendido inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela. Todo lo contrario, quisimos presentar una propuesta para el diálogo y la paz», afirmó el canciller. «La propuesta de Panamá está en la mesa», declaró Álvarez De Soto, y añadió que su país está «interesado» en mantener las relaciones diplomáticas con Venezuela.
«Panamá tiene el mejor de los deseos de mantener unas relaciones fluidas con Venezuela, en la medida en que haya el respeto y el discurso de altura sin el empleo de vocabularios impropios de las relaciones diplomáticas», dijo el canciller.
Sus declaraciones se producen un día después de que Venezuela ordenara la expulsión de cuatro diplomáticos panameños acreditados en Venezuela, entre ellos el embajador Pedro Pereira, a quienes dio 48 horas para abandonar el país.
El presidente Nicolás Maduro, rompió el pasado miércoles relaciones diplomáticas y comerciales con Panamá, al considerar que su gobierno actúa en la OEA como «lacayo» de Estados Unidos para promover una intervención extranjera que derroque a su gobierno.
La ira de Maduro se desató tras la propuesta panameña de convocar al Consejo Permanente de la OEA con el objetivo de lograr una reunión de cancilleres de la región para buscar una salida a la crisis en Venezuela causada por protestas antigubernamentales, que ya dejaron 20 muertos.
El jueves el Consejo Permanente de la OEA decidió suspender y continuar este viernes la reunión extraordinaria, luego de desacuerdos tras ocho horas de debate a puertas cerradas.
Además de la panameña, hay otras dos iniciativas: una de Perú para monitorear la crisis e informar a la OEA, y una propuesta de resolución de Bolivia, y respaldada por Venezuela y sus aliados, centrada en el llamado al diálogo, una condena a la violencia y el respeto a los derechos humanos.