Que nadie espere que Maduro resuelva los problemas, porque el problema es Maduro, Maduro y su cohorte ineficaz y corrupta
Paciano Padrón
Maduro, no grites paz, no proclames diálogo cuando todo lo que dices y haces apunta a la confrontación y a triturar al disidente. Tu invitación a una conferencia de paz no engaña a nadie, es una simple táctica dilatoria, de las que indica el librito de estrategia comunista, como lo hizo Chávez cada vez que se vio contra la pared. “Dialogar en una dictadura no es asunto de buena voluntad, sino de fuerza”, le leí a Hermann Alvino.
Ahora sí, Maduro, hablas con empresarios y guías espirituales, olvidando el materialismo comunista. Eres más falso que billete de trece; refiriéndote a los estudiantes que en valiente protesta ofrendan hasta la vida, te escuché decir “estoy seguro de que los amansaremos”, como si fuesen bestias y no patriotas con sangre en las venas y amor a la libertad. No dijistelos escucharé, sino que los amansarás. Luego, aprovechando el carnaval y disfrazado de ovejita, los invitas a ir a Miraflores, mientras les mandas a echar gas del bueno y plomo del malo,del que arrebata vidas y mata esperanzas. No grites paz, Maduro, se te ve mejor en silencio.
A esta altura que nadie se engañe, en Venezuela marchamos hacia un comunismo a la cubana. Un paso atrás hoy que compensa mañana con dos adelante. En la sala situacional conducida por los Castro se consideró de muy grave la protesta pacífica y sostenida de los estudiantes, de la juventud indómita que de la mano con la sociedad civil avanza en el corazón del pueblo.Surgió entonces la estrategia del pasito pa´ trás, de gritar paz e invitar al diálogo.
Que nadie espere que Maduro resuelva los problemas, porque el problema es Maduro, Maduro y su cohorte ineficaz y corrupta, cuyo único objetivo -incluso por encima del de llevarnos al comunismo- es mantenerse ellos en el poder a como dé lugar. El socialismo o comunismo del siglo XXI es una farsa. Después de 15 años completos en Venezuela, o de 55 en Cuba, ¿qué han logrado los pueblos víctimasde ambos países?, ¿hemos salido de la miseria?, ¿hay un nuevo ciudadano, más feliz y realizado? No extraña que la respuesta sea no, el objetivo es hacer al pueblo cada vez más dependiente de papá Estado. Las confesiones de dos ministros del régimen son suficientemente elocuentes; primero Jorge Giordani, Ministro de Planificación: “Si nosotros acabamos con la pobres y los pobres pasan a ser clase media, toda esa gente que se convierta en clase media será el enemigo que la revolución tiene que combatir, y los enemigos serán la mayoría”. Más recientemente, el Ministro de Educación (quien está para educarlo) Jorge Rodríguez espitó: “No es que vamos a sacar la gente de la pobreza para llevarla a clase media y que aprendan a ser escuálidos”. No requiere más comentario.
Estamos enfrentando simultáneamente dos dictaduras, lo que explica la presencia de Cuba en Venezuela, y no me refiero a los entrenadores deportivos o a los médicos y paramédicos, si bien algunos de ellos actúan como sapos y adoctrinadores, sino a quienes han venido controlando puntos sensibles y claves como PDVSA, notarías y registros, policía y Fuerza Armada Nacional. No entendemos cómo todavía nuestros oficiales y soldados se siguen calando órdenes de militares de la Fuerza Armada Revolucionaria de Cuba, comoRamiro Valdez, del G2 cubano, o Frank Yánez, Leopoldo Cintia Fría o Erminio Rodríguez, con el objetivo final de sustituir nuestro ejército libertador por milicias como las de Cuba, Yugoslavia, Vietnam o China, entre otros países víctimas de la misma dictadura comunista.
Leímos en Granma -periódico oficial de la dictadura cubana-al Presidente Castro afirmar: “Sin el petróleo de Venezuela, la revolución fracasará. Maduro es nuestro hombre en Caracas”. No hay duda de que no podemos detenernos. Adelante, la calle es y sigue siendo el escenario de la libertad, el que se cansa pierde, o como ahora decimos, el que persevera vence.