El secretario general de la OEA, Jose Miguel Insulza, dijo hoy que no considera que la petición de Panamá de examinar la crisis venezolana en el seno de ese organismo continental haya sido una «intromisión en asuntos internos» de Venezuela.
La queja de Venezuela, explicó, «era que en mucho tiempo, ningún país había pedido una reunión para analizar a otro» y por eso consideraba la solicitud «una intromisión en sus asuntos internos». «Yo creo que no es así», apostilló Insulza.
Lo que Panamá hizo «fue pedir una reunión de consulta de cancilleres sobre la situación de Venezuela, sin calificar la situación», declaró a Radio ADN el responsable de la Organización de Estados Americanos (OEA), en referencia a la solicitud del Gobierno panameño, que motivó que Venezuela rompiera relaciones diplomáticas con la nación centroamericana.
«Es un fetiche separar a la OEA de sus países miembros. Eso permite hacer el discurso antiimperialista, que es un discurso al que Venezuela recurre habitualmente», agregó en alusión al rechazo a los intentos mediadores de este organismo.
Insulza puntualizó que Panamá en ningún momento solicitó la reunión apelando al mecanismo establecido en la Carta Democrática Interamericana.
«La Carta Democrática Interamericana requiere que se considere que la situación afecta a la democracia o la seguridad del continente», pero «se determinó que lo de Venezuela no afectaba a la democracia», puntualizó.
«Hay casos que son evidentes, son imposibles de cuestionarlos, como lo que pasó en Honduras», comentó Insulza en relación con el golpe de Estado que en junio de 2009 depuso al presidente Manuel Zelaya.
Pero «Panamá no empleó ese mecanismo, por eso extraña tanto la actitud de Venezuela», consideró el responsable de la OEA, quien días atrás llegó a Chile para asistir a la investidura presidencial de Michelle Bachelet, con quien tiene previsto entrevistarse en las próximas horas.
Respecto a la ausencia del gobernante venezolano, Nicolás Maduro, en la toma de posesión de Bachelet, Insulza comentó: «Me parece normal que un presidente no asista si tiene temas que resolver en su propio país».
«Supongo que sus propios partidarios quisieron que él se quedara», añadió.