La filial en Venezuela de la automotriz estadounidense Chrysler se unió a las mesas de diálogo que creó el gobierno para atender las deficiencias y necesidades de cada sector.
Chrysler está «participando en las mesas de diálogo del área económica» que creó el gobierno, dijo el sábado Milka Torres, gerente de Relaciones Pública de la armadora.
Torres indicó en un mensaje de correo electrónico a The Associated Press que en esas mesas de diálogo se han «alcanzado importantes avances», pero no ofreció detalles.
La filial venezolana de Chrysler confirmó en la víspera que redujo su producción, de 55 a entre 30 y 35 unidades al día. Torres dijo que esa reducción se hizo en «consonancia con la optimización de este material de ensamblaje», sin precisar más.
Al hablar de la situación de la ensambladora, el jefe del sindicato de trabajadores de Chrysler de Venezuela, Christian Pereira, indicó el viernes a la AP que «los próximos 60 días, no podemos ocultarlo, no hay actividades productivas y por eso no van a salir vehículos al mercado. Esperamos el proceso de incorporación de las partes para ensamblar vehículos y de esa misma manera las líneas van a ir produciendo vehículos».
Pereira dijo que la falta de partes para ensamblar tenía que ver con que «no hay divisas adecuadas».
El dirigente sindical negó que la situación que enfrenta Chrysler implique el cierre de la planta donde laboran 1.150 trabajadores, y señaló que la empresa les informó que para la próxima semana se completarán «80 unidades» con materiales faltantes.
Al respecto, Torres no precisó cuántas unidades saldrán en las próximas semanas «porque nosotros vamos a ir completando unidades en la medida que tengamos el inventario».
Todos los sectores económicos del país se han visto afectados por la merma en la venta de las divisas oficiales, lo que ha generado caídas en la producción y la agudización de los problemas de abastecimiento de algunos alimentos y productos básicos, según han reconocido dirigentes empresariales.
El vicepresidente Jorge Arreaza anunció el mes pasado que más de un centenar de empresas se incorporaron a las mesas de diálogo económico para atender las deficiencias y necesidades de cada sector.
El gobierno creó las mesas de diálogo en medio de la difícil situación que enfrenta el país luego de más de un mes de manifestaciones.
Desde comienzos de febrero, jóvenes y opositores, esencialmente de clase media, han protagonizado protestas callejeras en protesta por la inflación —que en enero fue de 56,3% anual— el desabastecimiento de bienes básicos, largas filas para comprar algunos artículos de consumo básico y una de las tasas de homicidios más altas del mundo. AP