El abogado y economista de 62 años, gobernó Guatemala de 2000 a 2004. Llegó al poder con el derechista Frente Republicano Guatemalteco (FRG), fundado por Ríos Montt, el general golpista que dirigió un sangriento régimen entre 1982 y 1983
CIUDAD DE GUATREMALA. El expresidente guatemalteco Alfonso Portillo, que este martes se declaró culpable de lavado de dinero ante la justicia de Estados Unidos, fue un popular político que se jactó de ser marxista pero mantuvo estrechos vínculos con el ex dictador derechista Efraín Ríos Montt.
Portillo, de 62 años, gobernó Guatemala de 2000 a 2004. Llegó al poder con el derechista Frente Republicano Guatemalteco (FRG), fundado por Ríos Montt, el general golpista que dirigió un sangriento régimen entre 1982 y 1983.
Fue extraditado el 24 de mayo de 2013 a Estados Unidos, requerido por una corte de Nueva York para enfrentar cargos de lavado de dinero, y por los cuales este martes se declaró «culpable».
Logró un acuerdo de reducción de pena por el cual cumpliría sólo seis años de prisión efectiva a cambio de pagar a Estados Unidos la suma de 2,5 millones de dólares.
Portillo estaba acusado del delito de conspiración para lavar 70 millones de dólares en bancos norteamericanos durante su gestión, aunque en el acuerdo con la fiscalía sólo se hace mención a 2,5 millones en coimas pagadas por el gobierno de Taiwán.
Pasado cuestionado
pero provechoso…
Padre de dos hijas, Otilia y Gabriela, Portillo siempre ha reconocido como su segunda patria a México, hacia donde marchó a fines de la década de 1970 para estudiar derecho en la Universidad Autónoma de Guerrero y más tarde obtuvo un doctorado en Ciencias Económicas.
Mientras vivía en México mató a dos estudiantes de la Universidad de Guerrero, alegando haber actuado en legítima defensa luego de admitir públicamente ese hecho. Nunca fue juzgado ni detenido por este caso, que prescribió en 1995.
Portillo, quien solía usar camisas a cuadros, sombrero, botas y pantalones vaqueros como se acostumbra en la región guatelmateca de Zacapa – donde nació el 25 de septiembre de 1951 – sacó provecho de este incidente en sus campañas electorales para demostrar que tenía coraje.
Apodado «Pollo ronco» por su peculiar tono de voz, se jactaba en el pasado de ser marxista y de haber integrado un grupo guerrillero, pero fue candidato presidencial en dos ocasiones bajo las banderas de Ríos Montt, con quien siempre mantuvo una cercana amistad.
En las elecciones de 1995 perdió ante el derechista Álvaro Arzú, quien firmó un año después la paz con la guerrilla izquierdista tras 36 años de guerra civil. Volvió a competir en 1999 y ganó la presidencia al derrotar a Oscar Berger, quien lo sucedería en 2004.
Su gobierno, que contó con altos niveles de popularidad, terminó sin escándalos ni sobresaltos, pero las acusaciones en su contra comenzaron pocos días después del fin de su mandato.
La pesadilla judicial
Al dejar el poder el 14 de enero de 2004, Portillo se incorporó por derecho propio como diputado al Parlamento Centroamericano, pero el 18 de febrero de ese año huyó a El Salvador y luego a México, comenzando su pesadilla judicial.
Fue extraditado a Guatemala en 2008 desde México por el delito de peculado, pero quedó en libertad provisional con el pago de 125.000 dólares de fianza.
Sin embargo, su suerte cambió el 26 de enero de 2010, cuando fue detenido en el noreste del país mientras pretendía huir hacia Belice, un día después que Estados Unidos lo acusara formalmente.
En 2011, Portillo fue absuelto en Guatemala junto a sus ex ministros de la Defensa, Eduardo Areval, y de Finanzas, Manuel Maza, por la supuesta malversación de 15 millones de dólares en 2001.
No obstante, el proceso en Estados Unidos continuó y su extradición fue aprobada en noviembre de 2011 por el expresidente socialdemócrata Álvaro Colom (2008-2012).
Francia, Luxemburgo y Suiza también vinculan a Portillo con lavado de dinero, pues señalan que usó cuentas bancarias en varias naciones para desviar los fondos del erario guatemalteco.
Con la extradición, Portillo se convirtió en el primer gobernante latinoamericano en ser extraditado a Estados Unidos mediante un proceso judicial.
AFP