Mientras los estudiantes de la Unefa marcharon desde Plaza Venezuela hasta Miraflores contra la «violencia fascista»; los adversarios al Gobierno se concentraron en la Plaza Brión de Chacaíto, zona que no fue suficiente ante la cantidad de personas que asistieron para manifestar «Por la libertad, dale un parao a la dictadura»
Opositores volvieron a tomar las calles de Caracas este sábado para denunciar supuestas acciones dictatoriales del gobierno mientras chavistas marcharon contra la «violencia fascista», en el marco de las persistentes protestas en Venezuela y que nuevamente convirtieron al Este de la capital en escenario de disturbios.
Tras más de mes y medio de movilizaciones contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que dejan 31 muertos y cientos de heridos, los venezolanos volvieron a salir por miles a las calles de Caracas y de otras localidades, como Valencia, Mérida y San Cristóbal.
En el Este de Caracas, en el municipio de Chacao, unas 20 mil personas, según AFP, marcharon pacíficamente desde cinco puntos de la ciudad para culminar en una gran concentración, en la que abundaron banderas de Venezuela, de partidos políticos y pancartas de denuncia.
Tras la manifestación, un grupo de encapuchados se dirigió a la Plaza Altamira, donde intentó bloquear una transitada autopista, lo que desencadenó una fugaz intervención de guardias y policías nacionales que con chorros de agua y gases lacrimógenos dispersaron a los jóvenes, que respondían con piedras.
«Por la libertad»
«Por la libertad, dale un parao a la dictadura», se leía en una manta en una de las columnas que partió alrededor del mediodía cuando el sol caía inclemente sobre Caracas.
El líder opositor y gobernador de Miranda, Henrique Capriles, encabezó una de las marchas, que tienen como reclamos fundamentales las acciones judiciales de la Fiscalía contra dirigentes opositores y el deterioro de la economía con una inflación de 57% y una aguda escasez de productos básicos.
Esta marcha es llamada luego de que en la semana fueron detenidos los alcaldes opositores de San Cristóbal, Daniel Ceballos, y de San Diego, Enzo Scarano, quien en cuestión de horas fue destituido y sentenciado por el Tribunal Supremo a 10 meses de prisión, los dos acusados de permitir bloqueos callejeros durante las protestas.
Ambos están recluidos en la prisión militar de Ramo Verde, en los suburbios de Caracas, donde se encuentra detenido desde el 18 de febrero Leopoldo López, dirigente de Voluntad Popular, acusado de incitar a la violencia en las protestas a través de su estrategia de «la salida», que busca la renuncia de Maduro con manifestaciones.
“Contra la violencia”
En el centro de Caracas, una multitud de simpatizantes del chavismo, en su mayoría estudiantes, se manifestó en apoyo al Gobierno y en repudió de ataques por parte de radicales contra la Universidad Experimental de la Fuerza Armada.
Maduro se incorporó a la manifestación de los estudiantes chavistas para denunciar que opositores «han quemado» 15 recintos universitarios públicas en el marco de las protestas y que describió como actos de «terrorismo, vandalismo, fascismo».
El discurso presidencial se desarrolló mientras se presentaban los disturbios en Altamira y Maduro amagó nuevamente con detener al alcalde Muchacho si no pone en marcha acciones para evitar bloqueos en las calles.
«Ay, alcalde Ramón Muchacho, usted es responsable por la paz del municipio Chacao (…). Si la Fiscalía o los tribunales le ordenan al gobierno meter preso a Ramón Muchacho por desacato a la Constitución, va preso, no tengan duda», dijo.
Apareció Vecchio
Lilian Tintori, esposa de López, leyó en el mitin una carta del opositor dirigida a Maduro en la que lo acusa de ser «el dictador de Venezuela» y le demanda su renuncia.
Carlos Vecchio, otro dirigente de Voluntad Popular también acusado de llamar a la violencia y que es buscado por las autoridades, se presentó sorpresivamente en el mitin.