«Para nosotros es muy importante que la Unión Suramericana de Naciones nuevamente se haya activado para acompañar el proceso de defensa de la democracia en uno de nuestros países», expresó el presidente Nicolás Maduro, ante una comisión de cancilleres
CARACAS. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, espera que la comisión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que visita este martes Caracas ayude a «fortalecer» el diálogo de paz ante la ola de protestas contra el gobierno que deja un saldo de 34 muertos.
«Aspiramos que de su visita en estas 48 horas podamos sacar conclusiones que ayuden a Venezuela a fortalecer el clima de paz, que ayuden a nuestra Venezuela a defender aún más la democracia y a nuestro pueblo a ir consolidando todos los mecanismos de diálogo político-social», dijo Maduro al inicio de una reunión con los cancilleres.
Ante la oleada de protestas contra el gobierno, Caracas solicitó a la Unasur enviar una comisión para acompañar el diálogo político, medida que se acordó en una reunión extraordinaria de los cancilleres del bloque subregional el 12 de marzo en Santiago.
«Para nosotros es muy importante que la Unión Suramericana de Naciones nuevamente se haya activado para acompañar el proceso de defensa de la democracia en uno de nuestros países», expresó Maduro, quien el 19 de abril cumple un año de gobierno tras suceder al fallecido Hugo Chávez (1999-2913).
Luego de que se desatara la ola de protestas contra el gobierno el 4 de febrero, Maduro convocó a varios sectores del país a un diálogo nacional, al cual hasta la fecha la oposición y el movimiento estudiantil -que lideran las manifestaciones- se niegan a asistir.
«La oposición ha estado dubitativa entre el camino del atajo, la violencia, el caos, la desestabilización o el camino de la acumulación de la fuerza política por vía electoral (…) hoy por hoy la oposición política de Venezuela se ha dejado arrastrar hacia el camino del atajo», denunció Maduro ante los cancilleres.
El mandatario sostiene que detrás de las protestas, que dejan también casi 400 lesionados y 60 denuncias de violaciones a los derechos humanos, hay un «golpe de Estado en desarrollo» encabezado por sectores de la oposición en alianza con la ultraderecha de Estados Unidos y Colombia.
AFP