Secuestro, terrorismo, error humano o fallo mecánico son las hipótesis barajadas por los investigadores sobre el misterioso accidente del vuelo MH370 de Malaysian Airlines casi 20 días después de su desaparición.
Una docena de aviones y barcos militares de diversos países colaboran ahora para encontrar las cajas negras en el océano Índico y que expliquen lo ocurrido con el Boeing 777, desaparecido el pasado 8 de marzo tras desviarse de su ruta Kuala Lumpur-Pekín.
Hay dos líneas de investigación principales, una que apunta a la intervención humana y otra a un fallo técnico, pero sin las grabaciones del aparato todo son hipótesis más o menos fundamentadas.
Terasak Rochsuvichkulchai, un expiloto con mucha experiencia en vuelos de largo recorrido con la aerolínea Thai Airlines, explicó a Efe que es imprudente llegar a ninguna conclusión sin información fehaciente.
«Lo que sabemos por los medios es que alguien apagó los sistemas de comunicación. Nunca he visto un caso como éste», señaló Terasak, quien no descartó que el accidente pudiera tratarse de una acción deliberada.
«En el pasado, pilotos cometieron suicidios con el avión, puede ocurrir, algún piloto con problemas con la compañía», apuntó el experto, retirado hace un año.
Los casos a los que se refiere Terasak son los fatales accidentes del vuelo 185 de SilkAir en 1997 y del Egypt Air en 1990, en los que había evidencias o serios indicios de que los pilotos pudieron provocar los siniestros.
Neil Fergus, director de los servicios de seguridad de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, declaró hace unos días a la televisión australiana que sólo la acción de los pilotos o alguien del pasaje pudo llevar el avión hasta aguas del Índico cercanas al Océano Antártico.
«Si los restos resultan pertenecer al MH370 desaparecido, entonces, dada su localización, podemos descartar un fallo técnico», afirmó Fergus.
El experto en seguridad señaló que una «calamidad técnica o un incendio» no pudo haber llevado al Boeing 777 hasta aguas tan lejanas.
Hasta el momento, las autoridades de Malasia no han encontrado lazos con el terrorismo ni otras motivaciones personales entre los 227 pasajeros, de 14 nacionalidades diferentes, incluidos dos iraníes que viajaban con pasaportes robados, y entre los 12 tripulantes, entre ellos los dos pilotos.
La investigación apunta a que alguien desvió deliberadamente el vuelo, pero falta conocer las razones.
Chris Goodfellow, un piloto canadiense con más de 20 años de experiencia, opinó en un blog que un incendio eléctrico o el sobrecalentamiento de las ruedas de despegue o unas baterías en el cargamento provocó una situación de emergencia.
«El piloto hizo todo lo que tenía que hacer. Con una situación grave a bordo, desvió el avión hasta el aeropuerto más cercano», aseveró Goodfellow, y explicó que las comunicaciones pudieron desconectarse debido a un incendio o por el piloto para controlar el fuego en el avión.
En su opinión, esto explicaría el cambio de rumbo hacia el Estrecho de Malaca para aterrizar supuestamente en el aeródromo de la isla de Langkawi.
El piloto canadiense precisa también que la tripulación debió quedarse sin conocimiento y el avión siguió a la deriva en el Índico hasta que se quedó sin combustible.
Según el estudiante de Ingeniería Informática Andrew Aude, el vuelo MH370 también pudo sufrir una descompresión, un cambio de presión atmosférica causada por una fisura en el fuselaje del avión, que mató a la tripulación y el pasaje antes de que pudieran hacer nada.
Según otros expertos, la descompresión pudo ocurrir cuando el avión ascendió a más de 45.000 pies (más de 13.700 metros), por encima de la altura habitual de vuelo de un avión comercial.
La prioridad ahora es encontrar las cajas negras y que estas expliquen lo ocurrido, una tarea harto complicada en las remotas y agitadas aguas del Índico.
Las autoridades malasias advierten de que en el caso del vuelo de Air France siniestrado en el Atlántico en 2009 tardaron dos años en encontrarlas, incluso cuando a los pocos días ya habían hallado los primeros restos del avión.